Vaticano, 8 Sep.
(AP).- El papa Francisco reformó radicalmente el martes el proceso para la
nulidad matrimonial en la iglesia católica, permitiendo resoluciones rápidas y
eliminando la apelación automática en un intento por acelerar y simplificar el
procedimiento.
Francisco
emitió una nueva norma para regular el modo en que todos los obispos del mundo
determinarán cuando un fallo fundamental invalida una unión.
Los
católicos deben obtener la nulidad eclesiástica si quieren volver a casarse por
la iglesia, pero el proceso de nulidad era criticado por ser complicado, caro y
estar fuera del alcance de muchos católicos, en especial en países pobres donde
las diócesis no tienen tribunales del matrimonio.
Son
varias las razones para autorizar la anulación, desde el hecho que ninguno de
los cónyuges buscara la duración del matrimonio hasta que alguno no quisiera
tener niños.
Antes
de que existiera la anulación los católicos divorciados que volvían a casarse
eran considerados adúlteros que vivían en pecado y no podían recibir la
comunión.
En
el documento, Francisco insiste en que el matrimonio sigue siendo una unión
indisoluble y que las nuevas normas no buscan acabar con él, sino acelerar y
simplificar el proceso para que los fieles puedan hallar justicia.
Dijo
que el principio general de la reforma es "la salvación de las
almas".
La
reforma más importante implica un nuevo procedimiento más rápido, gestionado
por el propio obispo, que se puede utilizar cuando ambos cónyuges solicitan el
trámite o no se oponen a él. También es válido para cuando hay pruebas que
descartan la necesidad de realizar una investigación más amplia.
La
medida contempla que el proceso sea completado en 45 días.
Otro
cambio es la eliminación de la apelación automática después de que se toma la
primera decisión. Las apelaciones todavía serán posibles, pero ya no
automáticas, una simplificación que se ha usado en países como Estados Unidos
durante muchos años.
La
reforma también permite que el obispo local, en lugares que no tienen
tribunales del matrimonio, sea juez o delegue los casos a un juez sacerdote con
dos asistentes.
La
medida busca dar a las parejas católicas un recurso para anular en las partes
más pobres del mundo o lugares donde la iglesia no tiene los recursos o
personal para tener tribunales matrimoniales funcionando a pleno.
Francisco
también pidió que sean exentados los cobros, excepto por el pago "justo"
al personal del tribunal.
Durante
mucho tiempo los católicos se han quejado de que tardan años para anular su
matrimonio, si es que lo logran. Los costos pueden llegar de hasta cientos de
miles de dólares por cuotas legales y de tribunales.
Sin
la anulación, los católicos divorciados que se vuelven a casar fuera de la
iglesia son considerados adúlteros que viven en el pecado y están excomulgados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario