Mundo,
8 Abr. (LÍDER / EFE).- El fundador de Microsoft y filántropo estadounidense
Bill Gates mantuvo hoy un encuentro privado con el nuevo presidente de China,
Xi Jinping, en los márgenes del actual Foro de Boao, el "Davos de
Asia", en el que ambos participaron el fin de semana.
Xi elogió el trabajo llevado a cabo por la Fundación Bill & Melinda Gates
dentro y fuera de China, y destacó que el Gobierno del país asiático desea
aumentar la cooperación con ésta.
El presidente chino recordó que proyectos conjuntos entre la fundación y China
han ayudado en la lucha del país asiático contra el VIH/sida, las campañas
antitabaquismo o las labores de prevención de la tuberculosis.
Gates, quien no es la primera vez que es recibido por máximos mandatarios del
régimen comunista, destacó que la reciente visita de Xi al continente africano
muestra "los deseos de China por ayudar al desarrollo de frica", en
declaraciones reproducidas por la agencia estatal Xinhua.
En su ponencia el pasado sábado, el fundador de Microsoft rompió una lanza por
China, acusada frecuentemente de ser poco innovadora y "copiarlo
todo", y aseguró que el gigante asiático ya destaca por su inventiva en
sectores como el control de epidemias o la producción de cereal.
En este segundo punto, por ejemplo, destaca el invento del "arroz
híbrido", que en las pasadas décadas ha conseguido aumentar la producción
de este cereal básico en China y fue vital en la lucha de ese país contra el
hambre (el inventor de este cultivo, Yuan Longping, también participó hoy en el
Foro de Boao).
"Los avances científicos de China pueden ayudar al frica y a los países
menos desarrollados a combatir las enfermedades, el hambre y la pobreza",
aseguró Gates en su ponencia.
En un discurso que sin duda se ganó el favor de los asistentes chinos, Gates
recordó que China ha sacado de la pobreza a 600 millones de sus ciudadanos en
las pasadas décadas, "una victoria que no podría haberse logrado sin
innovación".
En 2010 Bill Gates intentó llevar su labor filantrópica a los millonarios chinos,
invitando a muchas de las mayores fortunas de ese país a una cena en la que él
y su compatriota Warren Buffett les presentarían su proyecto de ceder buena
parte de sus fortunas a obras de caridad.
Muchos magnates chinos, sin embargo, rechazaron la invitación, por temor a que
Gates les convenciera para que también donaran gran parte de su patrimonio (o
hiciera pública su negativa).
La población china en general, no sólo los más adinerados, es bastante
reticente a donar dinero para labores humanitarias, una reticencia que ha
aumentado en los últimos años, con la aparición de varios escándalos en torno a
la rama nacional de Cruz Roja y otras organizaciones filantrópicas que operan
en el país.
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