La Paz, 19 Jun. (LÍDER / ABI).-
El director del Centro de Promoción Minera, (Cepromin), Pedro Mariobo, dijo
percibir detrás del conflicto desatado en la mina Colquiri- gerenciada por la
empresa Sinchi Wayra, filial de la Glencore suiza- al expresidente (1993-97 y 2002-03)
y acaudalado empresario minero Gonzalo Sánchez de Lozada, durante una
entrevista concedida a la católica red nacional de radios Erbol.
Mariobo, que sugirió la resolución del contrato con Sinchi Wayra y no su
nacionalización (lo que incorpora la obligatoria indemnización) en aras de los
intereses del Estado, fundó su percepción en los desarrollos que experimentó el
conflicto en Colquiri, según él mismo, propios de una estrategia ensayada ya en
el pasado mediato por operadores privados en Bolivia, antes y también después
de la asunción de Evo Morales a la Presidencia.
"Tengo la presunción de que viendo que el juicio a Gonzalo Sánchez de
Lozada avanza y los pedidos de extradición vienen (por parte de la justicia
boliviana), entonces él, a través de sus activos, todavía en Bolivia está
generando estos conflictos y utilizando la influencia que tiene en uno y otro
sector", afirmó.
Autoexiliado hace 9 años en Estados Unidos, tras huir de Bolivia el 17 de
octubre de 2003, Sánchez de Lozada es procesado a la distancia por el Tribunal
Supremo por el asesinato de 67 bolivianos a manos de la fuerza pública durante
una insurrección popular que estalló contra su política de exportar gas por y
para Chile, a contrapelo de la voluntad popular que le exigió la convocatoria a
un referendo.
Durante las embestidas del Ejército y la Policía a los insurrectos alzados
principalmente en la ciudad de El Alto, otros 500 quedaron con heridas por
bala.
Los altos mandos de las Fuerzas Armadas responsabilizaron, aquella vez,
"al poder político".
Mariobo dijo ver tras bambalinas del conflicto a la empresa, en este caso
Sinchin Wayra, "moviendo" a los cooperativistas que exigieron la
nacionalización de Colquiri, a contrapelo de los mineros asalariados que demandaron
la mantención de la concesión.
Esta diferencia de fondo provocó una serie de choques con piedras y dinamita
entre mineros de ambos bandos en Colquiri, que dejaron, entre jueves y viernes
pasados, 23 heridos de diversa consideración. Sólo la llegada de un crecido
contingente del Ejército y la Policía fue capaz de frenar la escalada de
violencia.
"Entonces, en el conflicto de Colquiri yo veo un tercer actor más. No son
sólo obreros y cooperativistas por una parte, el Estado por otra y la empresa
privada", apuntó al recordar que un escenario similar al de Colquiri,
yacimiento de plata, estaño, plomo y zinc emplazado en el norte del
departamento de La Paz, fue montado en la mina Huanuni, Oruro, en octubre de
2006, cuando mineros estatales y privados se enfrentaron a tiros con el saldo
de 4 muertos, dos por bando.
En los primeros meses de su primera administración el presidente Morales
nacionalizó el yacimiento y meses después revirtió a tuición del Estado la
fundidora Vinto, de manos de la Glencore.
Se trata, relató Mariobo, de una estrategia de incentivo a los cooperativistas,
empleados como especie de 'carne de cañón, a quienes la empresa apoya para que
conquisten para su entero beneficio, vetas más ricas, con tal de no perder la concesión
o, en último caso, acceder a la indemnización que paga el Estado que
nacionaliza.
"Ya en septiembre (de 2006 la empresa) financió una delegación de las
cooperativas a que vaya negociar con los ejecutivos de la empresa y de allá
vinieron (a La Paz) con el visto bueno para que (el Gobierno) les entregue
otros niveles que estaban en preparación, porque si no les vendían eso ellos
iban a perder como empresa, mejor era tener a los cooperativistas de aliados",
refirió Mariobo.
Tras detallar el hilo conductor de sus convicciones, el Director de Cepromin
dijo que "Goni está en una actitud de desestabilización, de recuperar, de
volver con paso de parada y no volver a (la cárcel de máxima seguridad
en) Chonchocoro como pretende el Gobierno" de Morales.
"Ahí es donde presumo, como la empresa es de Goni (topónimo con que se
conoce familiarmente a Sánchez de Lozada), sigue siendo de Goni, la Sinchi
Wayyra, yo tengo el testimonio de uno de los ejecutivos del MNR (Movimiento
Nacionalista Revolucionario, que jefaturizó Sánchez de Lozada) muy cercano al
entorno de Goni, él refirió personalmente, me dijo: 'a Goni no le van a poder
hacer nada en Bolivia porque él es ciudadano americano y sus activos, sus
bienes, han sido transferidos a terceras personas'. 'Yo personalmente', me
dijo, 'he estado dos veces en Lima con un equipo de profesionales y hemos hecho
esa transferencia, prácticamente no le van a afectar en nada a Goni por si se
quería congelar sus bienes o transferir nuevamente al Estado, ya no eran de
Goni, formalmente, pero la verdad es que sigue siendo Goni, es dueño de Sinchi
Wayyra, y quién sabe cuántos palos blancos más" tendrá o dejó en el país
tras su derrocamiento, en medio de una insurrección popular en 2003",
anotó por último.
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