La Paz, 22 Jun. (LÍDER / EP).- Cientos
de policías amotinados, acompañados de algunos familiares, han saqueado la sede
de la Inteligencia
boliviana en La
Paz,
ciudad que desde esta madrugada se ha convertido en escenario de una batalla
campal como consecuencia de las intensas protestas que los uniformados
protagonizan para exigir al Gobierno de Evo Morales mejores salarios.
Las manifestaciones comenzaron
hace un par de días cuando policías de otros departamentos tomaron por la
fuerza varios cuarteles. Unos 200 oficiales ocuparon el jueves la Unidad Táctica de
Operaciones Especiales (UTOP, antimotines) y al menos una decena de sedes de la Policía, además de otras
instituciones situadas cerca de la sede de Gobierno.
Decenas de militares han sido
desplegados en los alrededores del Palacio Quemado --sede del Ejecutivo-- donde
actualmente se encuentra Morales, según han confirmado medios locales.
Este viernes más policías,
algunos vestidos de civil y hasta encapuchados, se han sumado a las protestas,
lo que ha obligado a las autoridades a emitir duras condenas exigiendo el cese
definitivo de la violencia.
"Estamos viviendo un momento
difícil y creemos que debe primar la cordura", ha asegurado el comandante
de la Policía,
Víctor Maldonado, al hacer un llamamiento a la "cordura y la
paciencia" para evitar que el caos se apodere de esa nación sudamericana.
Los manifestantes exigen al
Gobierno un aumento del salario mínimo de un 70 por ciento, para que puedan
recibir dos mil bolivianos (unos 228 euros), y que la jubilación se haga con el
cien por cien de su salario. También piden la anulación de una ley que les
prohíbe opinar públicamente.
La vigilancia policial en las
calles de las principales ciudades de Bolivia es prácticamente nula y en
algunas cárceles los custodios han impedido el ingreso de los familiares de los
presos como una forma de respaldar a sus compañeros.
La ministra boliviana de
Comunicación, Amanda Dávila, ha anunciado que el Gobierno de Morales busca
alternativas a las demandas planteadas, pero ha exigido a los policías poner
fin a la violencia o de lo contrario será "más difícil" encontrar una
solución pacífica.
"Conocemos las propuestas de
los policías y la posición del Gobierno es dar atención en el marco del diálogo
y el respeto", ha explicado Dávila en declaraciones citadas por la agencia
oficial ABI.
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