Bolivia, 17 Jul.(LIDER / El Diario).- Bolivia se encuentra en el
puesto 123 de 142 países evaluados por el reporte global de competitividad,
reflejando las
escasas condiciones del país para la inversión local e
internacional, y el desarrollo de las actividades productivas, de acuerdo al reciente
reporte de la Fundación Milenio, que señala que dicho índice muestra el poco
respeto de los derechos de propiedad, la falta de independencia jurídica y la
baja protección a los inversionistas.
Como se reitera constantemente,
la economía boliviana continúa disfrutando de una bonanza económica que, pese a
los problemas que se han presentado en Europa y Estados Unidos, mantiene
elevados los precios de nuestras exportaciones. Esto se refleja en crecientes
importaciones, acumulación de reservas y una relativa estabilidad de precios.
Sin embargo, en una perspectiva de largo plazo, la Fundación Milenio observa
que estamos lejos de haber superado los desafíos de construir una economía más
sostenible, capaz de generar valor y transformar las riquezas naturales en
fuerza productiva, y ofrecer mejores oportunidades.
A pesar de la disminución del
ritmo del crecimiento de la economía mundial, los precios de las materias
primas mantuvieron niveles elevados. Nuestras exportaciones, impulsadas por los
mayores precios, crecieron significativamente en un 30,9 por ciento. Este
incremento en las exportaciones se explica en un 84,5 por ciento por el aumento
de los precios y sólo en 15,1 por ciento por mayores volúmenes. La mayor parte
del incremento del volumen de exportaciones provino del sector minero y de
hidrocarburos, mientras que el valor de las exportaciones no tradicionales se
redujo. Por ello se acentuó nuestra dependencia exportadora de las materias
primas no renovables que el 2011 representaron el 83,2 por ciento del total las
exportaciones.
La mejora en el valor de las
exportaciones incrementó de manera importante el ingreso del país, que en gran
parte se destinó a mayor absorción interna. Tanto el consumo como la inversión
crecieron significativamente, lo que dinamizó la demanda, la producción para el
mercado interno, y las importaciones. Bolivia creció en 5,1 por ciento al
tercer trimestre del 2011; uno por ciento más que el 2010. Los sectores que
explican este crecimiento son principalmente sectores no transables y de
servicios, entre los que podemos nombrar transportes y comunicaciones, los
establecimientos financieros y la administración pública.
En cambio, los sectores
productivos muestran una contribución más modesta al crecimiento. Por el lado
de la demanda, el Producto Interno Bruto creció impulsado por el consumo de los
hogares. Este crecimiento tuvo una incidencia del 3,7 por ciento en el PIB,
seguido de la formación bruta de capital fijo con una incidencia de 2,5 por
ciento en el PIB. La mayor demanda interna se tradujo también en un importante
incremento de las importaciones, que crecieron en un 42,3 por ciento.
La mejora en los niveles de
ingreso del país ha tenido su reflejo en la reducción del desempleo, que de
acuerdo a cifras oficiales alcanza al 5,5 por ciento de la Población
Económicamente Activa (PEA). La pobreza también se ha reducido, el 2011 la
pobreza moderada ha caído a 48,5 por ciento de la población, mientras que la
pobreza extrema se situó en 24,3 por ciento.
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