Cochabamba, 18 Ene. (ANF).- La caravana de las personas con discapacidad con más de 70 integrantes, junto a sus familiares y grupos solidarios, arribaron a la ciudad de Cochabamba a las 13:00 procedente del municipio de Sacaba. Ingresaron en sus sillas de rueda por la avenida Ballivián (El Prado) hasta la plaza Colón donde les esperaban los representantes del Comité Cívico, fabriles y activistas del TIPNIS, además de cientos de vecinos.
El presidente cívico, Israel Mérida, de inmediato les declaró “huéspedes ilustres de Cochabamba” y entregó a los marchistas agua, víveres, sillas de ruedas y los denominados “”burritos”.
A tiempo de expresarles su solidaridad y apoyo, exigió al Gobierno nacional sea más sensible y se conduela con el sacrificio y dolor de los protagonistas de la caravana y sus familiares, que recorrieron 63 días para llegar a Cochabamba, pasando por Beni y Santa Cruz.
“Pedimos que el presidente Evo Morales gobierne para todos los bolivianos y no sólo para los cocaleros o indígenas privilegiados de otros departamentos. El sector de los discapacitados merece atención preferente debido a las condiciones especiales que afrontan cotidianamente”, dijo.
BONO O MUERTE
Por su parte, el dirigente de los discapacitados, Carlos Mariaca agradeció la solidaridad de los cochabambinos y afirmó que “la caravana será hasta la muerte por una cuestión de dignidad” y dijo que recuperadas sus fuerzas, reanudarán la “caravana de la integración” hasta La Paz, reclamando el bono anual de 3.000 bolivianos.
Durante el acto de recibimiento se rindió homenaje al niño Sebastián Pacha, que murió ahogado en la zona tropical de Cochabamba cuando su madre lavaba ropa. Pacha fue declarado como el mayor símbolo de la dignidad del sector de los discapacitados y los cochabambinos, y en su honor se hizo un minuto de silencio.
Tras la cálida bienvenida, la caravana se trasladó hasta el templo de San Francisco donde mujeres con discapacidad realizan vigilia desde hace 58 días. En el lugar tres personas de este sector estaban crucificadas, simbolizando sacrificio y entrega por su causa.
En medio de la expectativa de cientos de cochabambinos, ingresaron y dieron una vuelta completa a la Plaza Principal 14 de Septiembre, donde fueron recibidos con aplausos, para luego dirigirse a la Universidad Mayor de San Simón donde descansarán hasta el próximo jueves, cuando retomarán su protesta.
La representante de la vigilia de los discapacitados, Francisca Guarachi denunció que optaron por descansar en el coliseo de la Universidad, ante la negativa de alojarlos en un establecimiento educativo por órdenes de las autoridades municipales afines al Movimiento al Socialismo.
“No comprendemos tanta insensibilidad e indolencia de las autoridades locales, pues ni el Gobernador ni el Alcalde de Cercado, mostraron la más mínima intención de reunirse con ellos. Ojalá que nunca les toque vivir lo que estamos viviendo”, dijo con lágrimas en los ojos.
PEDIDO DE LA IGLESIA
El sacerdote jesuita Miguel Manzanera, en representación del Arzobispado de Cochabamba, pidió misericordia del gobierno para todos los discapacitados, escuchando sus reclamos y otorgando el bono anual de 3.000 bolivianos, que no significará ninguna carga para el Estado.
Afirmó que se trata de un grupo social muy marginado y que vive en la mayor exclusión, cuando el Gobierno propugna la inclusión, solidaridad e igualdad de oportunidades.
“Se trata de una marcha que debe generar mayor sensibilidad del Gobierno, la Gobernación y alcaldías, tal como lo hicieron con los indígenas del Conisur a quienes se los recibió con alimentos, alojamiento y se les sigue brindado apoyo logístico con ambulancias, custodia policial y médicos”, dijo.
Manzanera sostuvo que los discapacitados deben tener prioridad en la asignación de bonos, porque se trata de un sector muy necesitado y sensible.
“El Gobierno dice que no hay plata, pero vemos que dispone recursos para otras cosas sin importancia. Lo que piden no es una cosa extraordinaria, porque se trata de un bono anual de 3.000 bolivianos, y eso no es mucho”, agregó.
El sacerdote a tiempo de ratificar el apoyo de la Iglesia Católica a la caravana de los discapacitados y sus reivindicaciones sociales, dijo que sería un buen gesto que el Gobierno les escuche y atienda sus demandas por tratarse de un grupo marginado de la sociedad.
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