Naciones Unidas, 19 Ene. (PL).- Con datos de la ONU sobre el impacto de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos, el Consejo de Seguridad recibió aquí contundentes elementos que sustentan el reclamo universal de acciones contra Israel.
Pese a la reticencia de Estados Unidos a discutir el tema en ese órgano, la subsecretaria general de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, compareció ayer ante sus 15 miembros y desplegó un raudal de información adversa a Tel Aviv.
La también coordinadora de la ayuda de emergencia de la ONU inició su exposición con la afirmación de que la anexión unilateral por Israel de Jerusalén Oriental y parte de la Ribera Occidental contraviene la ley internacional.
No está reconocida por la comunidad internacional, la cual considera que esa ciudad pertenecen a los territorios palestinos ocupados, agregó la funcionaria, según un documento presentado al Consejo de Seguridad y entregado a la prensa.
Sostuvo que desde 1967, las medidas israelíes han alterado el estatus de ese lado de Jerusalén y afectado el estatus residencial de los palestinos, su acceso a los servicios básicos y sus capacidades para planificar y desarrollar sus comunidades.
Todo eso presiona e incrementa la vulnerabilidad humanitaria de los palestinos y amenaza su presencia en esa área, apunta el texto.
Confirma que las restricciones de movimiento impuestas por los israelíes impiden el acceso de los palestinos de esa urbe a las facilidades de salud rutinaria, especializada y de emergencia, no disponibles en otras partes de los territorios ocupados.
También, subraya, incrementan la separación de Jerusalén Oriental, considerada el foco de la vida política, comercial, religiosa y cultural palestina y de los servicios médicos y educacionales, del resto de los territorios palestinos ocupados.
El documento presentado al Consejo de Seguridad reitera que la actividad de los asentamientos es ilegal y ocurre a expensas de tierras y recursos de construcción de los palestinos y su desarrollo.
Los datos presentados por Amos indican que alrededor de 270 mil palestinos residen actualmente en la parte oriental de Jerusalén, además de 200 mil colonos israelíes instalados en los asentamientos construidos desde 1967 en contra de la ley internacional.
Sin embargo, tres millones 700 mil palestinos del resto de los territorios ocupados tienen prohibido entrar en esa área sin un permiso israelí, difícil de obtener, acota.
Al mismo tiempo, señala que el acceso a Jerusalén Oriental está controlado por permisos que dependen de una combinación de obstáculos físicos y administrativos y cuando se consiguen solo pueden ser utilizados en cuatro de los 16 puntos de control.
La información distribuida por la ONU expone que mientras el 35 por ciento de la tierra de la ciudad ha sido confiscada para el desarrollo de los asentamientos israelíes, solo un 13 está destinada a construcciones palestinas.
Al menos 32 por ciento de los hogares palestinos allí carecen de permisos de construcción, lo cual tiene a 86 mil 500 residentes en situación de peligro, agrega el estudio para señalar que desde 1967 los israelíes han demolido unas dos mil casas en Jerusalén Oriental.
Sobre la situación en la Ribera Occidental, el documento de la ONU cifra en 150 los asentamientos construidos por Israel desde 1967, además de otros mil puntos erigidos sin autorización oficial.
Asimismo, estima que la población de colonos alcanza los 500 mil, con una tasa de crecimiento de 5,3 por ciento durante la pasada década, sin contar Jerusalén Oriental, frente a 1,8 que registra la población total de Israel.
En su intervención ante el Consejo de seguridad, Amos también alertó sobre el incremento de la violencia de parte de los colonos israelíes hacia la población local.
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