Durban, Sudáfrica, 1 Dic. (PL).- La puesta en operación del Fondo Verde del Clima continúa entre signos de interrogación en la conferencia ambiental de la ONU, tras los primeros debates sobre el tema.
Hoy deben proseguir las consultas acerca del informe presentado la víspera por el Comité de Transición, que recibió el visto bueno de algunos países, pero también fue rechazado por otros.
Varias naciones de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS) apoyaron la propuesta, aunque advirtió sobre algunas debilidades.
Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se opusieron a aceptar el documento automáticamente sin que exista un debate previo.
"La posición del ALBA es que tiene que haber un proceso de discusión, para que la Convención de la ONU sobre Cambio Climático genere un mejor resultado, no adoptar el fondo a la carrera", comentó a Prensa Latina un delegado latinoamericano.
Entre las debilidades del documento, el ALBA señala que carece de personalidad jurídica y no ofrece claridad sobre el acceso directo de los países en desarrollo a una rápida financiación.
Tampoco está bien definido cuál será el papel de las autoridades nacionales designadas para los movimientos financieros.
El ALBA está integrada por Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbuda.
El informe del Comité de Transición también fue rechazado por Estados Unidos, pero por otras razones.
La representación de Washington se opuso al texto, a partir de su intención de separar al Fondo Verde del Clima de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático. Su deseo es que el mecanismo de financiamiento sea totalmente independiente.
El fondo, cuya creación fue aprobada en 2010 en Cancún, debe administrar los recursos que los países desarrollados se comprometieron a entregar a las naciones subdesarrolladas para acciones de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y trabajos de adaptación contra las secuelas del cambio climático.
La promesa de los países ricos en realidad data de la XV cumbre del clima en Copenhague, cuando propusieron movilizar 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020, con una mezcla de recursos financieros provenientes de entidades privadas y públicas.
La conferencia de Cancún estableció que el Banco Mundial actuará como órgano de fideicomiso interino, sujeto a revisión tres años después de que sea operacional la reserva financiera.
La última propuesta para poner en marcha el Fondo data de octubre último, y en ella permanecían con vida desavenencias en torno a la estructura y funciones del instrumento financiero.
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