La Selección se convirtió otra vez en un hueso duro de roer para los argentinos.
Es cierto que los argentinos se cansaron de atacar, fueron dueños de la cancha, pero carecieron de profundidad, sus llegadas hasta el arco de Carlos Arias no fueron claras, no tuvo ideas para abrir el sistema defensivo. (Ver Nota)
Es cierto que los argentinos se cansaron de atacar, fueron dueños de la cancha, pero carecieron de profundidad, sus llegadas hasta el arco de Carlos Arias no fueron claras, no tuvo ideas para abrir el sistema defensivo. (Ver Nota)
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