Roma, 14 Nov. (LÍDER / EFE).- El
presidente de Ecuador, Rafael Correa, explicó hoy en Milán cómo su Ejecutivo
logró rebajar una deuda exterior y tras una auditoría, decidió no pagarla y negociar
directamente las condiciones con los acreedores lo que supuso un gran ahorro.
Correa, que llegó hoy a Milán
(norte de Italia), pronunció la lección magistral "Una propuesta
ecuatoriana para salir de la crisis de la deuda" en la Universidad Bicocca
de la capital lombarda.
Dijo que en Ecuador, en dos
ocasiones (1983 y 1987), el Estado licuó la deuda exterior del sector privado,
al nominarla en sucres (la moneda ecuatoriana entonces) y asumir la totalidad
de su pago en dólares.
"Se verificó -explicó- lo
que muchos siempre denunciamos, la dependencia abusiva de los organismos
financieros internacionales que imponían condiciones provocando una intromisión
en la política pública ecuatoriana".
Indicó que el informe de una
auditoría del crédito desveló que de todos los préstamos contraídos entre 1989
y 2006, el 14 % se utilizó en proyectos de desarrollo social, y el 86 %
restante para pagar deuda previamente acumulada; y que el servicio de la deuda
copó el 50 % del Presupuesto General del Estado, frente al gasto en salud que
representaba apenas el 4 %.
Refirió que al asumir el Gobierno
en 2007 se planteó, a sabiendas que la deuda constituía un dogal el desarrollo,
toda una estrategia para replantear su relación con los organismos
internacionales de crédito, para aliviar el peso del endeudamiento en las
finanzas presupuestarias y públicas, y para favorecer con recursos frescos las
necesidades de la población.
"Expulsamos a la misión del
Banco Mundial, no solo por su complicidad en las políticas de endeudamiento
agresivo a las que se nos presionó", añadió.
Uno de los resultados más
importantes de la auditoría fue desvelar la ilegitimidad de los "Bonos
AGD", que fueron emitidos por el ministerio de Finanzas y cedidos al Banco
Central del Ecuador para que hiciera el rescate a la banca corrupta, en la
crisis de 1998-1999.
Para solucionar este problema
-señaló-, el Gobierno obligó al Banco Central a vender sus bonos al ministerio
de Finanzas pero a precio 0.
El paso de un bolsillo a otro
causó que esa deuda se extinguiera inmediatamente y redujo la deuda del Ecuador
en más de 1.000 millones de dólares -aproximadamente 2 % del Producto Interior
Bruto (PIB)-, dijo Correa.
Ecuador "decidió suspender
los pagos de su deuda en vista de las evidencias de ilegitimidad, como lo
demostró el informe de la auditoría".
A continuación, entre junio y
julio de 2009, el Gobierno convocó a una subasta inversa de bonos global 2012 y
2030, en plazo determinado y precio máximo y hubo una respuesta positiva de los
tenedores -continuó-, lo cual permitió la recompra del 91 % de los bonos 2012 y
2030 (3.210 millones de dólares) a un 35 % de su valor nominal, con una
inversión de 900 millones de dólares.
Gracias a ello, "Ecuador se
ahorró 8.000 millones de dólares en servicio de la deuda y el ahorro en
intereses fue de más de 420 millones de dólares anuales", aseveró.
Como resultado de esta recompra
exitosa, en el año 2006, el servicio de la deuda exterior representaba el 24 %
del presupuesto del Estado y en el 2012, hemos logrado que esa razón represente
apenas el 4 % del presupuesto, señaló.
A pesar de tener la mayor
inversión pública de la historia reciente del Ecuador, el saldo de la deuda
exterior pública ecuatoriana frente al PIB es de apenas el 14 %, subrayó.
Para Correa, en el caso europeo,
no contar con moneda propia impide a los países la condición de prestamista de
última instancia en caso de crisis.
Además, la zona euro pone límites
al endeudamiento fiscal e impide la emisión de moneda por parte de los bancos
centrales locales, pero permite la libre circulación de capitales, "lo
cual deja expuestos a los países a crisis financieras·", opinó.
A pesar que los Estados con
moneda soberana no pueden caer en "no pago" de su deuda por su
condición intrínseca de creadores de moneda las presiones sociales o
legislativas que genera el peso del endeudamiento se pueden aliviar mediante
una política pública de crisis.
De la misma forma en el caso
europeo, el Banco Central Europeo tiene el monopolio de creación de dinero y
por tanto, no necesita del repago de las deudas contra éste para poder contar
con liquidez, no necesita un nivel de patrimonio mínimo ni tener que cumplir
con el índice de solvencia que requiere un banco privado, sostuvo.
Por tanto -mantuvo- "no
existe impedimento para que el Banco Central Europeo condone o cancele la
totalidad de su deuda con sus gobiernos prestatarios".
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