Cartagena, 10 Nov. (LÍDER / EFE).-
El Gobierno de Colombia confirmó que su embajador en Paraguay, Alberto
Barrantes, regresará el domingo próximo al país suramericano, casi seis meses
después de la crisis generada con la destitución en junio del presidente
Fernando Lugo.
La Cancillería colombiana explicó
que la decisión del retorno de Barrantes se debe a que el Ejecutivo en Bogotá
busca "mantenerse informado de manera directa acerca de la situación
actual del Paraguay y del proceso electoral que se adelanta en ese país de cara
a las elecciones generales del 21 de abril de 2013".
El embajador "entrará en
contacto con las autoridades, fuerzas políticas y diferentes sectores de la
opinión pública paraguaya, a fin de que en los próximos días informe
personalmente al Gobierno Nacional del desarrollo de los comicios que se
avecinan en esa nación", agregó el Ministerio de Exteriores en un
comunicado.
La decisión del retorno del
embajador colombiano a Asunción fue anunciada el pasado miércoles por el
canciller paraguayo, José Félix Fernández Estigarriba.
Fernández explicó entonces que el
regreso del diplomático colombiano respondía a "una decisión
unilateral" que calificó de "positiva", al tiempo que se mostró
confiado en que detrás de Barrantes lleguen más diplomáticos de América Latina
antes de que finalice el año.
"Es el Gobierno de Colombia
el que, terminadas las consultas a su embajador, ordena la vuelta de él a su
funciones en Paraguay", explicó el canciller.
Con el regreso del funcionario
colombiano a Paraguay se cierra la posibilidad de que el retorno de los
embajadores de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que
abandonaron Paraguay se diera en el marco de una decisión conjunta del grupo
regional.
Esos diplomáticos regresaron a
sus países tras la destitución del ya expresidente Lugo, después de un
controvertido juicio político celebrado el 22 de junio pasado en el Congreso de
Paraguay.
Argentina, Brasil, Ecuador,
Venezuela, Uruguay, Chile, Colombia y Perú retiraron o llamaron a consultas a
sus embajadores tras la destitución de Lugo, una decisión que tanto la Unasur
como el Mercosur calificaron en su momento como un "quiebre
democrático". EFE
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