Chicago, 7 Nov. (LÍDER / EFE).-
Barack Obama aseguró hoy a los estadounidenses que lo mejor "está por
llegar", tras conseguir un segundo mandato de cuatro años, en el que tiene
por delante importantes retos para la recuperación económica del país.
"Creemos en una América
generosa, compasiva y tolerante", señaló Obama, un poco afónico, desde el
centro de convenciones McCormick Place en Chicago, donde fue recibido al grito
de "cuatro años más, cuatro años más, cuatro años más".
"Creemos en una nación de
inmigrantes", agregó, ante una audiencia enardecida, que lo esperó durante
horas ondeando banderines con los colores azul y rojo de la enseña del país y
al compás incesante de la música.
Al conseguir la victoria tras un
duro pulso con su rival republicano Mitt Romney, quien no logró imponerse pese
a la debilidad económica en el país, Obama insistió en que los estadounidenses
no están "tan divididos como sugieren los políticos".
"Lo que hace que América sea
excepcional es el convencimiento de que nuestro destino es compartido".
Obama pronunció un discurso
conciliador durante el que lanzó un mensaje de unidad a un país dividido y
expresó su determinación de trabajar con la oposición durante los próximos
cuatro años.
"Somos y seguiremos siendo
los Estados Unidos de América", afirmó el inquilino de la Casa Blanca,
haciendo hincapié en la palabra "unidos", en un mensaje que estuvo
teñido de frases patrióticas como la de "somos el mejor país de la
Tierra".
Insistió también, durante uno de
los momentos más emotivos de la velada, que lo que ayudó a EEUU a salir
adelante en los momentos más negros de su historia fue la fe en "una
familia estadounidense que triunfa o fracasa junta como una nación y como un
pueblo".
El suyo fue, además, un mensaje
de agradecimiento: a los votantes que lo apoyaron, "al mejor equipo de
campaña y los voluntarios de la historia política" y a su esposa Michelle,
a quien dijo "amar más que nunca".
También tuvo palabras cariñosas
para sus hijas Sasha y Malia: "Estáis creciendo para convertiros en dos
fuertes, inteligentes y guapas mujeres, como vuestra madre", comentó sobre
ellas.
Defendió además la entrega
genuina y generosa de muchos en la política, aunque campañas como la que ahora
acaban puedan parecer a veces una cosa menor e incluso ridícula.
"Las elecciones importan. No
son una cosa nimia, sino algo grande", afirmó, para recordar a
continuación que la democracia que los estadounidenses dan por hecho no existe
en muchos países donde luchan para poder hablar libremente de asuntos
importantes.
El presidente se dirigió a las
decenas de miles de eufóricos seguidores desde un escenario circular decorado
en azul y rojo, con dos pantallas gigantes en los laterales y vistas a un
enorme podio con las principales cadenas de televisión del país.
La retransmisión de algunos de
los mensajes de cambio con los que llegó a la Casa Blanca en 2008 hizo que el
público que lo arropó esta noche viviese explosiones periódicas de júbilo
mientras esperaba pacientemente a que Obama apareciese en el escenario.
Unos 2.000 periodistas, llegados
de todos los rincones del planeta, se desplazaron a Chicago para cubrir esta
jornada electoral.
La de hoy fue la culminación de
una larga y cara carrera por la reelección en la que abundaron los golpes bajos
y que supuso un marcado contraste con el mensaje de cambio y esperanza que aupó
a Obama a la presidencia en 2008.
La noche arrancó con señales
preocupantes para Obama, que en el recuento inicial retransmitido por las
cadenas de televisión no lograba despegarse de Romney en estados clave como
Virginia, Ohio o Florida.
El presidente logró sellar la
victoria con el respaldo de estados tradicionalmente demócratas y un importante
número de "estados bisagra" como Colorado, Iowa, Pensilvania,
Michigan, Minesota, Virginia y Wisconsin. Su triunfo en Ohio, un estado clave,
le allanó el camino hacia la Casa Blanca.
Obama ganó la reelección con al
menos 303 votos electorales, una cifra con la que superó expectativas y superó
el listón de los 270 votos electorales necesarios para lograr la presidencia.
Desde Boston el republicano Mitt
Romney reconoció la derrota y dijo "rezar" por el "éxito"
de Obama como líder del país.
"Estas elecciones se han
acabado pero nuestros principios perdurarán", afirmó Romney.
Obama tendrá que hacer frente
ahora a una larga lista de tareas pendientes, como la reforma del sistema
migratorio en el país o la reducción del desorbitado déficit. "Tenemos
mucho trabajo que hacer", reconoció.
El líder demócrata afirmó que
está deseando poder sentarse con Romney para dialogar sobre cómo trabajar
juntos para "mover al país hacia adelante", tras felicitarlo por su
campaña.
"Nunca he estado más
esperanzado sobre nuestro futuro, sobre Estados Unidos. Os pido que mantengáis
esa esperanza", declaró.
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