Buenos Aires, 5 Nov. (LÍDER / EFE).-
A punto de cumplir el primer año de su segundo mandato, la presidenta
argentina, Cristina Fernández, acusa un intenso desgaste en las encuestas y
afronta el próximo jueves una movilización, la segunda en dos meses, convocada
a través de las redes sociales contra la política de su Gobierno.
La convocatoria, bautizada como
"8N", comenzó con una expresión del malestar social por medidas impopulares
del Gobierno después de otro "cacerolazo" masivo que sacudió el país
el pasado 13 de septiembre, también convocado a través de internet.
La inseguridad, el llamado
"cepo" al dólar, como se conocen popularmente las restricciones
cambiarias impuestas por el Gobierno, y la posible reforma constitucional que
abriría la puerta a un tercer mandato de Fernández, son algunos de los motivos
que impulsan la protesta.
La iniciativa se ha politizado progresivamente
y partidarios y detractores han iniciado una "guerra de afiches" en
internet mientras aumentan las voces de los dirigentes de oposición que se
suman a la movilización, como el alcalde de la capital, el conservador Mauricio
Macri.
"El 8N nos representa como
argentinos y como hombres libres que queremos vivir mejor, con respeto, con
tolerancia y poniendo la energía en construir y no en agredir", dijo Macri
el sábado durante un acto en la provincia de Buenos Aires.
Desde el Gobierno se intenta minimizar
el impacto y se invita a los líderes de la oposición a revelar sus programas y
competir en las elecciones.
"Sería bueno que ya que se
sienten tan representados por la convocatoria, Macri y otros dirigentes se
pongan al frente y se presenten a elecciones, que es la manera que en
democracia se elige a quien gobierna", dijo hoy el ministro de
Planificación, Julio De Vido, en respuesta a los comentarios del alcalde de la
capital.
Entretanto, la presidenta afronta
la semana con una intensa agenda de actos que incluye tres videoconferencias,
anuncios e inauguraciones.
Tras el contundente 54 por ciento
que obtuvo en las elecciones del pasado año, Cristina Fernández acusa un
intenso desgaste según las últimas encuestas.
Seis de cada diez argentinos
desaprueba su gestión y más del 80 por ciento se opone a una eventual nueva
reelección, de acuerdo con una encuesta de Management & Fit publicada hoy
por medios locales.
Además, un sondeo de Poliarquía
divulgado esta semana reveló que un 40 por ciento de los consultados cree que
la jefa de Estado está perdiendo el control del Gobierno, mientras que un 20
por ciento está convencido de que ya lo ha perdido.
Entre las razones del desgaste,
el analista Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, mencionó a
Efe "un déficit de gestión, con improvisación y decisiones radicalizadas,
como la expropiación de YPF, y el cepo del dólar, lo que genera una división
con la clase media, un sector que en parte apoyó a Cristina hace un año en las
elecciones".
Para el analista de Polilat Jorge
Arias, Fernández actuó tras su triunfo electoral "como si tuviera todo el
poder sin control y la sociedad reaccionó con temor a ese exceso de
poder". EFE
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