Washington (LÍDER / AP).- Los hispanos donaron sólo un 3,5%
de los 1.300 millones de dólares aportados por los estadounidenses a las
campañas presidenciales de 2012, pese a que su presencia demográfica en el país
es del 16%, según un análisis realizado por The Associated Press.
La AP llegó a esta conclusión tras analizar estadísticas
federales de dos millones de contribuciones de personas que fueran superiores a
200 dólares tanto a los candidatos presidenciales como a sus campañas, a sus
partidos políticos y otras organizaciones recaudadoras de dinero.
Las contribuciones analizadas hasta octubre 15 de 2012
fueron cotejadas, luego, con los vecindarios cuya población hispana es de al
menos del 50%, según estadísticas de la Oficina del Censo.
Los 45 millones de dólares aportados equitativamente a ambos
candidatos por los vecindarios con más de 50% de población hispana -según los
estimados del Censo- igualan a la donación que de un plumazo hizo el magnate de
los casinos Sheldon Adelson, el mayor financista de la campaña presidencial
republicana en 2012. Al limitar la búsqueda a vecindarios con un 75% de
hispanos, el total de las contribuciones alcanzó los 26 millones de dólares.
El análisis de la AP evidencia el papel marginal que las
minorías juegan en la financiación de las campañas políticas y que es clave en
el proceso político estadounidense porque esos aportes se traducen en acceso a
los funcionarios que diseñan y ejecutan las políticas públicas, dijeron
expertos consultados por la AP.
"La voz más importante es el voto, y luego siguen las
contribuciones financieras", dijo Arturo Vargas, director de la Asociación
Nacional de Funcionarios Latinos Designados y Electos, con sede en Washington.
"El no ser una fuente importante de donaciones financieras y no tener una
tradición de contribuir con los candidatos nos complica el desarrollo como
comunidad política. Aunque los candidatos lo nieguen, la realidad es que
quienes donan son los que tienen mejor acceso a los candidatos".
La mayoría de las contribuciones a las campañas presidenciales
y a organizaciones independientes que las apoyan provinieron de las zonas más
adineradas del país. Pero aún en los vecindarios más pobres, la comunidad
anglosajona donó más dinero que las demás.
Expertos y financistas consultados dicen que los partidos
políticos hicieron esfuerzos importantes para recaudar fondos de manera
organizada entre la comunidad hispana.
La participación desproporcionadamente baja de las minorías
ya había sido detectada en 2004 por el centro de estudios Public Campaign con
sede en la capital estadounidense.
Las recaudaciones superiores a 200 dólares representan la
mayoría de los ingresos recaudados por los candidatos, pero como los donantes
menores de 200 dólares no están obligados a reportar su información personal,
no es posible obtener un porcentaje aproximado de la plata aportada por los
latinos.
El 3,5% donado por los hispanos es similar al 2,7% aportado
por los habitantes de vecindarios mayoritariamente afroestadounidenses y mayor
al 1% de los asiáticos. En contraste, el 90% de los 1.300 millones de dólares
recaudados proviene de los barrios predominantemente blancos.
Ambas campañas están obligadas por ley a reportar el monto
de sus contribuciones pero no a identificar sus grandes aportantes, conocidos
en inglés como "bundlers". La campaña de Obama los identificó
públicamente pero la campaña de Romney no lo hizo.
Uno de grandes donantes hispanos de la campaña de Obama es
Eugene Sepúlveda, quien reunió 250.000 dólares durante la campaña de 2008 y
había superado el millón cuando abandonó la recaudación para evitar un
conflicto de interés con la presidencia de dos filiales de la radio pública NPR
que asumió en enero de este año.
En conversación telefónica con la AP, el empresario y
filántropo tejano se mostró optimista sobre la posibilidad de que aumenten la
cantidad de latinos que financien las campañas porque "hoy no hay un
partido o un candidato que no trabaje deliberadamente en pos del voto latino,
que antes era ignorado. Hoy, el voto latino es el premio grande, y la gente se
esfuerza mucho" para alcanzarlo.
"Veremos más y mejor participación (hispana en el
financiamiento electoral) con mejores candidatos", dijo en alusión al
alcalde de San Antonio, Julián Castro, y a su hermano gemelo Joaquín, quien
buscará en noviembre un escaño en la cámara baja federal. "Estoy seguro
que hemos tenido candidatos que lucen hispanos y han intentado involucrarse con
ellos, pero cuando la gente ve a los hermanos Castro, eso emociona a un grupo
de personas que nunca antes se han involucrado".
Sepúlveda, quien se desempeña desde 2005 como presidente de
la Fundación de Empresarios del Centro de Texas, organización filantrópica
creada por empresas tecnológicas e inversoras, fue el primero de su familia en
culminar la universidad. Su padre, oriundo de Aguadulce, Texas, aprendió a
hablar inglés cuando se mudó a Houston a estudiar.
La campaña de Obama difundió un listado de las 531 personas
que han contribuido al menos 50.000 dólares, entre quienes se cuentan 13
hispanos -incluyendo a Sepúlveda. La "bundler" hispana más conocida
en la lista de Obama es la actriz Eva Longoria, quien ha contribuido entre
200.000 y 500.000 dólares.
También incluye a Federico Peña, secretario de Transporte y
de Energía durante el mandato de Bill Clinton, al ex integrante de la Comisión
de Valores, Roel Campos, y al senador estatal de Utah, Romero Ross.
Otros hispanos famosos que han contribuido a la campaña de
Obama son los cantautores boricuas Marc Anthony -quien ha aportado al menos
111.000 dólares y entonó el himno nacional en la convención demócrata- y Ricky
Martin, quien encabezó en mayo un acto de recaudación con la comunidad
homosexual.
La campaña de Romney ha impedido la presencia de periodistas
en la mayoría de sus eventos para recaudación. Sean Spicer, portavoz del
partido republicano, dijo que los esfuerzos electorales del partido se
dirigieron hacia todos los grupos étnicos.
La campaña de Obama creó el Futuro Fund, una iniciativa
nacional encabezada por latinos interesados en la reelección de Obama y en
"garantizar que como latinos, hacemos sentir nuestra presencia en esta
campaña electoral fundamental", según su sitio web.
Los hispanos se perfilan como un electorado que podría
ayudar a definir el ganador de las elecciones del 6 de noviembre, especialmente
en estados muy disputados como Carolina del Norte, Virginia, Florida, Colorado
y Nevada, por lo que ambos candidatos han dedicado tiempo y recursos
considerables para hacerles llegar su mensaje a través de diferentes vías.
Obama recientemente difundió un aviso en el que habla
español, mientras que Romney ha intentado conectarse con la audiencia
hispanoparlante a través de un hijo que aprendió español mientras vivió en
Chile como misionero mormón.
La organización apartidista y sin fines de lucro Public
Campaign analizó en 2004 contribuciones individuales superiores a 200 dólares
-por un monto de 2.000 millones de dólares- a candidatos federales, partidos y
comités de acción política aportados por los habitantes de 25.000 códigos postales
de todo el país durante las elecciones de 2000 y 2002, y concluyó que nueve de
cada diez dólares suministrados por individuos provenían de códigos postales
cuya población era mayoritariamente blanca.
Vargas dijo a la AP que los esfuerzos de las organizaciones
hispanas siguen concentrados en la participación electoral y que actualmente
"no hay ningún esfuerzo para animar a la gente a contribuir dinero a las
campañas. Sabemos que es un elemento importante en el sistema político y es una
fase que tenemos que desarrollar" tanto en el ámbito federal como en el
estatal y local.
La cantidad de hispanos que reúnen los requisitos legales
para votar también ascendió una sexta parte desde 2008 para alcanzar los 24
millones, pero organizaciones no gubernamentales estiman que solo la mitad
terminará votando el 6 de noviembre. Solo los hispanos mayores de 18 años y de
nacionalidad estadounidense pueden votar, pero las contribuciones electorales
están permitidas también a los 13 millones de extranjeros que tengan la residente
permanente en 2011, de los cuales al menos un 40% son inmigrantes
latinoamericanos, según el Departamento de Seguridad Nacional.
Los grandes financistas suelen obtener influencia y acceso a
quien resulte vencedor.
La Casa Blanca nominó como representante estadounidense ante
la Asamblea General que la ONU celebró en septiembre a Cheryl Saban, esposa del
magnate egipcio Haim Saban propietario de Univisión, quien organizó el 14 de
junio un "almuerzo íntimo" con el ex presidente Bill Clinton en su
residencia de Beverly Hills para recaudar los 40 millones de dólares que costó
al partido demócrata celebrar su convención en Charlotte.
Las parejas asistentes debían pagar una entrada de 100.000
dólares.
La campaña presidencial de 2012 sobrepasó los 2.000 millones
de dólares recaudados, convirtiéndose en la más costosa de la historia reciente
estadounidense gracias a una decisión adoptada por la Corte Suprema en 2010,
que autorizó a los Comités de Acción Política y a otras organizaciones no
vinculadas directamente a los partidos, a recaudar dinero de manera ilimitada.
Estos comités pueden recaudar y gastar dinero a nombre de
algún candidato siempre que no coordine sus gastos ni la estrategia con el
comando de campaña, recaudaron 300 millones desde comienzos del 2011.
Esta fue la primera elección en que ambos candidatos
renunciaron a los 100 millones de dólares que ofrece el gobierno federal a
campañas electorales presidenciales, para poder recaudar dinero sin límites.
En 2008, Obama fue el primer candidato presidencial en
renunciar a cualquier financiamiento federal, mientras que su rival republicano
John McCain sí lo aceptó. Obama terminó gastando más del doble que su rival.
Vargas destacó la importancia de esfuerzos realizados esta
campaña por ambos partidos políticos para recaudar fondos entre la comunidad
latina de manera organizada porque "representan una etapa nueva en el
desarrollo político" de la comunidad hispana.
El abogado de 51 años Roland García, director para Texas del
Futuro Fund, atribuyó la escasa participación de los latinos en la financiación
electoral al "sacrificio económico que ello significa. Las familias
latinas están ocupadas con llegar a fin de mes y se enfrentan a la barrera del
idioma".
Las familias hispanas perdieron dos tercios de su patrimonio
entre 2005 y 2009 y padecen una tasa de desempleo superior al promedio nacional
de 8%, a raíz de la crisis inmobiliaria desatada en 2006.
"No muchos latinos tienen los recursos disponibles para
ser financistas importantes, así que quienes tengamos la capacidad debemos
hacerlo", dijo en inglés el socio del bufete Greenberg Taurig en Houston
quien ha recaudado entre 200.000 y 500.000 dólares para la campaña de Obama.
Juan Andrade, presidente del Instituto para el Liderazgo de
los Hispanos en Estados Unidos, dijo que si bien el análisis de AP podría dejar
por fuera a latinos adinerados que residen en vecindarios de mayoría caucásica,
otra causa de la escasa participación hispana es que los partidos suelen
solicitar fondos a las personas que han contribuido en elecciones anteriores, y
proporcionalmente pocos hispanos han contribuido por lo que no aparecen en las
listas de contribuyentes potenciales.
"Los latinos no hemos hecho la conexión entre dar votos
y dar dinero, pero no es un fenómeno específico de los latinos porque la
mayoría de votantes en otros grupos étnicos también piensa que lo único
importante es votar", explicó.
"Si los latinos podemos producir cerca de 10 millones
de votos, también deberíamos poder contribuir unos 10 millones de
dólares", agregó.
Andrade indicó que la contribución de los hispanos aumentará
inexorablemente a largo plazo aunque haya sectores que no desean ver a los
hispanos obtener mayor influencia política porque "el voto y el dinero
forman una combinación muy poderosa".
Durante los próximos 20 años, 50.000 latinos cumplirán 18
años cada mes.
En Estados Unidos el presidente no se elige por voto popular
sino por una serie de contiendas estado por estado. Cada estado aporta una
cantidad de votos para el Colegio Electoral en proporción a su población. El
candidato que obtenga 270 votos en dicha instancia es quien llega a la Casa
Blanca.
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