EE.UU., 6 Nov. (LÍDER / AFP).- Estados
Unidos elige este martes entre el presidente demócrata saliente Barack Obama y
su rival republicano Mitt Romney, en unos comicios de resultado incierto tras
una reñida y carísima campaña hasta el último aliento.
Obama, de 51 años, que hizo
historia en 2008 al ser electo como primer presidente negro, pide cuatro años
más para enterrar totalmente la crisis económica, instaurar su gran reforma
sanitaria y retirar a las tropas de Afganistán en 2014.
Romney, de 65 años, exgobernador
de Massachussets (noreste), intenta por su parte interrumpir un segundo mandato
demócrata con una agenda ambiciosa, centrada en los recortes generalizados de
impuestos y del gasto público, como hizo Ronald Reagan en su día (1981-1989).
Obama podría volver a hacer
historia el mismo día en que se cumple 152 años de la elección de uno de sus
ídolos, Abraham Lincoln (1861-1865).
Romney, de triunfar, sería el
primer presidente mormón en la historia del país.
La agotadora campaña, en la que
ambos partidos se han gastado unos 6.000 millones de dólares, dinamizó de nuevo
al electorado y también se cobró emoción entre los candidatos.
"Mañana... seguiremos
moviendo Estados Unidos hacia adelante", dijo Obama el lunes en su último
mítin en Iowa (centro), mientras derramaba una lágrima.
"Mañana es un momento para
mirar hacia el futuro e imaginar lo que podemos hacer. Caminen conmigo",
declaró Romney en su mítin en New Hampshire.
En voto popular ambos candidatos
estarían empatados, según la mayoría de sondeos.
Pero la elección presidencial se
decide de forma indirecta en Estados Unidos, a través de un Colegio Electoral
de 538 miembros elegidos estatalmente, y Romney y Obama necesitan llegar a 270
para alzarse con la victoria.
Un puñado de estados indecisos
inclinarán la balanza, y Obama parece gozar de una apretada ventaja en ocho de
ellos, según una media de sondeos calculada por el sitio web RealClearPolitics.
El demócrata parece ir por
delante en Iowa (2,4%), Ohio (2,9%), Wisconsin (4,2%), Virginia (0,3%), New
Hampshire (2,0%) y Colorado (1,5%).
Romney lideraba por su parte en
Florida, siempre según esa media de sondeos, con un 1,5%, y en Carolina del
Norte.
Ohio, en el norte del país, con
18 grandes electores, podría ser determinante.
Signo de la reñida competencia
durante esta campaña fue el resultado en el primer caserío que votó, Dixville
Notch (New Hampshire) a medianoche del martes (05H00 GMT).
Los diez votantes registrados
dieron respectivamente cinco votos para cada candidato, un empate inédito.
Largas colas se formaron seis
horas más tarde, en la apertura de las mesas electorales en la Costa Este. El
suspense podría prolongarse hasta el cierre de las últimas urnas en la Costa
Oeste, a las 04H00 GMT del miércoles.
Las actividades de Romney y Obama
este martes dan un indicio de sus respectivas posiciones en el sprint final.
Romney votó en Masachusetts y
luego viajó a Ohio y Pensilvania para hacer campaña hasta el último minuto.
Obama se dedicará a jugar a
baloncesto y a descansar en Chicago, donde ya votó anticipadamente la semana
pasada, para luego esperar los resultados, informaron fuentes de su campaña.
El número de indecisos ha
disminuido, y el número de votantes anticipados, cerca del 30% de inscritos, ha
batido récords.
Los hispanos, que votaron en
números récord en las elecciones de 2008, dos tercios en favor de Obama, pueden
tener un papel decisivo en los estados como Colorado o Nevada donde son una
minoría electoral apreciable.
La elección se produce en plena
pero frágil recuperación económica.
Obama, con una popularidad mucho
más discreta que hace cuatro años, clama que durante su presidencia la
situación pudo haber sido peor, y que su trabajo no ha concluido.
"Hemos llegado demasiado
lejos para desfallecer ahora", insiste Obama, que asegura que cualquier
programa económico viable, para reducir la enorme deuda que ahora llega a 16
billones de dólares, pasa por aumentar los impuestos a los más ricos.
"El presidente prometió
cambio pero no cumplió", insistió Romney el lunes en otro multitudinario
mítin, en el que reivindica que hay otra forma de reorganizar el gasto,
empezando por una arriesgada reforma del sistema de pensiones.
"Yo sí tengo un historial de
logros", dijo Romney, con un exitoso pasado empresarial y de gestión
pública.
El electorado parece entusiasmado
con la elección pero visiblemente cansado de las agrias peleas entre la Casa
Blanca y el Congreso, y entre republicanos y demócratas en el Poder
Legislativo.
Tanto Obama como Romney han
intentado convencer a los votantes de que ahora sí llegó la hora de de pasar la
página y lograr consensos sobre temas esenciales.
El repúblicano señala que está
dispuesto a llegar a acuerdos con los demócratas como hizo en su época de
gobernador en Massachussets.
Obama sugiere que si es reelecto,
los republicanos no tendrán más remedio que pactar acuerdos de gran calado
sobre la deuda pública o la reforma fiscal.
los estadounidenses renuevan
también este martes a su Cámara de Representantes (435 escaños), dominada por
los republicanos y un tercio (33) de su Senado, en manos demócratas.
Pero los sondeos indican que esa
configuración podría quedarse sustancialmente igual, un testimonio del clima
político en el país. AFP
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