sábado, 27 de agosto de 2011

LAS CONTRASEÑAS QUE NUNCA DEBES USAR

Tecnología, 27 Ago. (LÍDER).- El botín más jugoso para un ciber-delincuente en la actualidad son las contraseñas de los usuarios. Una vez que se ha hecho con ellas, puede operar con cuentas bancarias ajenas, comprar lujosos artículos o conocer detalles de la vida de las personas que han sido timadas.

Internet está lleno de sitios que exigen un nombre de usuario y una contraseña para poder acceder a ellos. Se calcula que, de media, solemos tener 25 cuentas abiertas (que van desde el acceso al banco, pasando por nuestro perfil en Facebook, nuestra cuenta en Twitter o nuestro correo electrónico). Según una encuesta realizada en el año 2009 en Gran Bretaña, el 47 % de los hombres siempre usa la misma para todas las webs, frente al 26 % de las mujeres. Debes saber que utilizar una clave similar para un montón de sitios es una temeridad: una vez que los hackers descubren cuál es, estamos perdidos. Por eso es muy importante utilizar varias contraseñas alternativas, a pesar de que manejar un gran número suponga un engorro y un desafío para nuestra memoria.
Nunca hay que utilizar palabras comunes
Los peores passwords son los formados por series sucesivas de números, en los que se utiliza la palabra "contraseña" o  la del nombre del sitio al que queremos entrar. ¿Por qué son malos? Porque son los más usados, esos que los delincuentes prueban primero para intentar acceder a nuestras cuentas. También son inadecuados los que contienen  nuestro nombre o apellido, las primeras letras del abecedario o "qwerty", que es la primera fila de letras de un teclado. Todos muy fáciles de recordar, pero también de sortear.
Si, por ejemplo, nuestra clave sólo está formada por una palabra del diccionario, por muy rara que sea, también estamos en peligro: los hackers se sirven de programas que realizan los llamados "ataques de diccionario" para saltarse las barreras de nuestra privacidad.
¿Cómo crear una súper contraseña?
Según un estudio de la universidad Georgia Tech, los piratas informáticos pueden descubrir las contraseñas de ocho caracteres en tan sólo 2 horas, mientras que tardarían cerca de 18.000 años en descubrir un password de doce caracteres. Por tanto, es recomendable que tenga esa longitud.
Para evitar los 'ataques diccionario', nuestra contraseña debería estar formada por una combinación de letras (en mayúsculas y minúsculas), números y símbolos (como @$/#%&). Como ya hemos dicho, lo ideal es que creáramos una para cada sitio. Y para recordarlas todas deberíamos tirar de memoria pura. No obstante, como es bastante complicado memorizar 25 claves de 12 dígitos, podemos utilizar programas como Password Safe, una aplicación que las guarda todas y las protege con un password maestro. Este tipo de soluciones tiene un riesgo evidente: si un delincuente se hace con él, estamos perdidos. Pero es que en seguridad informática, en el año 2011, no hay ninguna solución que sea 100 % segura y eficaz.

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