Chile, 19 Jul. (LÍDER / Agencias).- Presionado por un aumento del malestar social en Chile y una popularidad a la baja, el presidente Sebastián Piñera reestructuró su Gobierno, nombrando a cuatro ministros nuevos y haciendo un enroque en otros cuatro, incluyendo Educación, tras las masivas protestas de estudiantes.
A pesar de un crecimiento del 6% proyectado para Chile en 2011, Piñera ha enfrentado en los últimos meses un aumento de las protestas, en paralelo a una baja en su popularidad, que alcanzó el 31% en junio.
En el segundo ajuste de gabinete en los últimos siete meses, Piñera aumentó el perfil político y anunció cambios en los ministerios de Economía, Energía, Justicia y de Secretaría de Gobierno, mientras que hizo enroque de funcionarios en los ministerios de Planificación, Educación, Obras Públicas y Minería.
"Nuestras instituciones, nuestros liderazgos están siendo puestos a prueba por una ciudadanía que está más empoderada, que exige mayores niveles de participación y de igualdad", señaló Piñera tras el juramento de los nuevos ministros.
El mandatario se refirió a "las causas nuevas" que se han visto "emerger con mucha fuerza" en Chile, como las tres protestas estudiantiles de las últimas semanas, que han reunido a más de 80.000 personas en cada marcha a favor de una mejor educación pública y que son apoyadas por 80% de la población, según encuestas.
En esta dirección, Piñera designó al actual ministro de Justicia, Felipe Bulnes, como ministro de Educación, en reemplazo de Joaquín Lavín, quien ha sido golpeado por las protestas y criticado por posible conflicto de interés, dado que estuvo a cargo de una universidad privada antes de ser ministro. Lavín, quien fue candidato presidencial por la Unión Demócrata Independiente (UDI, derecha), pasó a la cartera de Planificación.
"Con el ministro Lavín había un conflicto de intereses pero el problema de fondo es la reforma educacional que piden los estudiantes", dijo Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, a la AFP. Giorgio Jackson, uno de los líderes estudiantiles, señaló que "la ciudadanía y los movimientos sociales han forzado un cambio de índole político" a "una manera tradicional de hacer política".
"Ojalá este rediseño no sea solamente instrumental, sino que responda a los intereses de las grandes mayorías, que queremos a la educación pública como centro de nuestro sistema social", agregó. Piñera también mencionó el paro nacional la semana pasada de los mineros de la estatal del cobre Codelco, en denuncia de lo que según ellos es un intento de privatización, así como las últimas protestas por la construcción de cinco represas en la Patagonia.
Fernando Echeverría, quien hasta ahora se desempeñaba como intendente (gobernador) de Santiago, asumió la cartera de Energía en reemplazo de Laurence Golborne, el mejor evaluado por las encuestas, que a su vez, pasó a ser el nuevo ministro de Obras Públicas. Por otro lado, Hernán de Solminihac cambió la cartera de Obras Públicas por la de Minería, y Teodoro Ribera, un ex diputado de derecha, reemplazó a Felipe Bulnes en el ministerio de Justicia.
Piñera explicó además que su primo y senador de la UDI Andrés Chadwick estará al mando de la Secretaría General de Gobierno en relevo de Ena Von Baer, para mejorar las comunicaciones del gobierno con la sociedad y para potenciar las relaciones con el Parlamento y los partidos políticos. Finalmente, en el Ministerio de Economía estará el senador Pablo Longueira, de larga trayectoria política y con históricas desavenencias con Piñera.
La oposición consideró que los cambios del gabinete sólo fueron cosméticos, como señaló el disputado Aldo Cornejo. "Fue nada más que un cambio cosmético y camaleónico y sólo de enroques", afirmó. Por su parte, el diputado Fernando Meza dijo que la salida de Lavín de Educación para Planeación es "reciclar a un ministro que lo hizo muy mal, por no saber escuchar principalmente el clamor del mundo de la educación, y ahora se le entrega este premio de consuelo".
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