Rio de Janeiro, 25 Jun. (LÍDER /
AFP).- Tras la cumbre Rio+20, la solución a la grave crisis ecológica del
planeta quedó en el aire y depende de difíciles negociaciones en los próximos
tres años y de una voluntad política que los países se muestran reacios a poner
sobre la mesa.
"El documento está lleno de
acciones a ser desarrolladas" hasta 2015, pero "estas sólo llevarán a
soluciones firmes y efectivas si hay voluntad política de los gobiernos y una
presión suficiente de la sociedad", dijo a la AFP Martin Khor, director
del South Center, un instituto de expertos para países en desarrollo.
La conferencia concluyó con un
plan de 53 páginas titulado "El futuro que queremos", que fue
duramente criticado por ecologistas, organizaciones sociales, y hasta
delegaciones de los gobiernos que lo consideraron poco ambicioso, coincidiendo
con un momento de crisis económica que acapara mucho más la atención.
El plan define grandes
prioridades del planeta como el combate a la pobreza y el hambre, la protección
de los bosques, los océanos y la biodiversidad y la necesidad de alcanzar una
agricultura y energía sostenibles.
Y llama a un radical cambio en
los patrones de producción y consumo y a la creación de Objetivos del
Desarrollo Sostenible que impondrán metas ambientales y sociales a todos los
países.
Pero todas las acciones para
restaurar el planeta amenazado tienen que ser definidas y acordadas por los 191
países en un proceso que debe culminar en 2015 y que es ambiguo.
"Vamos a trabajar, este
paquete de decisiones debe ser establecido entre 2014 y 2015, que son los
plazos que hemos puesto aquí", afirmó la ministra de Medio Ambiente
brasileña, Izabella Teixeira.
Asad Rehman, jefe de Clima y
Energía de Amigos de la Tierra, afirmó: "Tenemos las respuestas a los
problemas del mundo, pero nuestros líderes no tienen la voluntad de ponerlas en
práctica". Y lamentó: "La Rio+20 no ofreció ninguna esperanza a los
millones de personas que pasan hambre en el mundo y que enfrentan a diario el
impacto de la quiebra de la economía global".
Las soluciones no son fáciles en
un mundo de múltiples problemas que van del acuciante calentamiento global que
provoca cada vez más eventos climáticos extremos, a deforestación y océanos
amenazados, con pobreza y casi mil millones de hambrientos, y que en 2030
requerirá 50% más de alimentos, 45% más energía y 30% más agua.
En una entrevista con el blog de
la AFP, Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de
Columbia, recordó que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que impusieron metas
a los países para enfrentar los desafíos de pobreza, hambre o salud, hicieron
una gran contribución para enfrentar los problemas del planeta, pero fue el
impulso de la sociedad civil que movilizó a sociedades y gobiernos.
"Aprendimos una lección: no podemos
confiar en los políticos y diplomáticos para conseguir que el trabajo sea
hecho", concluyó.
El documento final de la Rio+20
"nos entrega las bases para el bienestar social, económico y
medioambiental. La responsabilidad de seguir avanzando es de ustedes",
expresó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la clausura.
Las organizaciones ecologistas,
sociales y hasta de trabajadores lanzaron un llamado a la movilización y
aseguraron que tomarán las riendas para alcanzar las soluciones.
"La RIo+20 fue un fracaso
épico. La historia nos demuestra que el cambio sólo ocurre cuando hombres y
mujeres decentes dicen basta. Tenemos que ser capaces de decirlo más fuerte que
nunca", dijo a la AFP el máximo representante de Greenpeace, Kumi Naidoo. "Vamos
a asumir esa lucha de manera mucho más fuerte".
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