EE.UU., 17 Oct. (LÍDER / EFE).- El
presidente de EEUU, Barack Obama, aprendió la lección de Denver y fue mucho más
enérgico y agresivo ante el republicano Mitt Romney en un segundo debate entre
ambos lleno de momentos tensos y con el protagonismo de los temas económicos,
la inmigración y el ataque al consulado estadounidense en Libia.
Las primeras encuestas sobre el
debate celebrado en la Universidad Hofstra, a las afueras de Nueva York, dan
como ganador a Obama pero no por mucho margen sobre Romney, quien no se dejó
avasallar, y asestó también duros ataques al presidente y candidato a la
reelección.
El debate estuvo moderado por la
periodista de CNN Candy Crowley, participaron 80 votantes indecisos de los que
solo 11 pudieron formular una pregunta y los candidatos se levantaron
constantemente de sus butacas para defender sus posiciones, gesticular e
interrumpir al rival.
Romney "no tiene un plan de
cinco puntos, sino uno de un solo punto" que es "asegurarse de que
los más ricos juegan con diferentes reglas", dijo Obama al inicio del cara
a cara con una actitud desafiante que mantuvo hasta el final.
En los primeros compases del
duelo el presidente repitió varias veces la frase: "No es verdad"
cuando Romney manifestó que la producción petrolera ha caído durante su
Gobierno y lo acusó de ser responsable de la subida del precio de la gasolina.
Durante la discusión sobre la
política energética el debate se calentó, ambos candidatos se pusieron de pie y
se interrumpieron mutuamente.
Romney replicó que, con su
historial, el mandatario no puede presentarse como "el señor del gas, del
petróleo y del carbón", y prometió que él llevará a Estados Unidos a la
independencia energética "en ocho años".
"Es un error que los
políticos en Washington decidan sobre la salud de las mujeres", comentó
Obama en otro momento del debate en alusión a la cobertura anticonceptiva que
recoge la reforma sanitaria aprobada en 2010 y que los republicanos cuestionan.
Todas las mujeres en el país
"deberían tener acceso a los anticonceptivos", afirmó tajante Romney,
un firme opositor al aborto que, no obstante, comentó hace algunos días que si
llega a la Casa Blanca no promoverá leyes para restringir ese derecho.
Los ataques mutuos se fueron
sucediendo sin descanso. Si Obama sostuvo que Romney sería "la última
persona" en plantar cara a China por su competencia comercial desleal, el
republicano utilizó el escándalo "Rápido y Furioso", que permitió el
trasiego ilegal de miles de armas a México en 2009, para cargar contra el
presidente.
La inmigración, ausente en el
primer debate y también en el que tuvieron los aspirantes a vicepresidente la
semana pasada, apareció hoy por fin y Obama retrató a Romney como un político
más radical con los inmigrantes que el expresidente George W. Bush.
Romney "llamó a la ley de
Arizona un modelo para la nación. Parte de lo que dice la ley de Arizona es que
los agentes podrían parar a personas porque aparentan que podrían ser trabajadores
indocumentados", enfatizó Obama.
En respuesta, el republicano
presentó a Obama como alguien incapaz de cumplir sus promesas y citó que su
proyecto de reforma migratoria jamás vio la luz.
"Deberíamos asegurarnos de
que nuestro sistema legal funciona", insistió Romney, que se negó a
garantizar una "amnistía para aquellos que han venido aquí
ilegalmente" pero se mostró abierto a que los hijos de indocumentados
puedan "tener un camino para convertirse en residentes permanentes".
El único espacio para la política
exterior se lo llevó Libia y Obama aseguró que él es "el responsable
último" de la gestión del atentado del pasado 11 de septiembre contra el
consulado estadounidense en Bengasi que mató al embajador Chris Stevens y a
otros tres ciudadanos.
El presidente se molestó cuando
Romney sugirió que su Gobierno ha ocultado o tergiversado información sobre ese
incidente.
Obama recordó que el día después
del ataque habló en la Rosaleda de la Casa Blanca y lo calificó como un
"acto de terror", mientras Romney insistió en que al mandatario le
llevó "14 días" describir lo ocurrido en Bengasi como un atentado
terrorista.
Como colofón a una buena noche,
Obama quiso cerrar el debate con una referencia al polémico vídeo en el que
Romney menospreció al 47 por ciento de los votantes que, según él, dependen del
Gobierno y no pagan impuestos.
"Cuando (Romney) dijo a
puerta cerrada que el 47% del país se consideran a sí mismos víctimas, que se
niegan a asumir responsabilidad personal, piensen de quién está hablando",
subrayó Obama.
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