Santa Cruz, 31 Mayo (LÍDER / NAN).- El presidente Evo Morales ratificó este martes la vocación pacifista de Bolivia y rechazó la guerra como un medio de solución a los problemas limítrofes entre los países, porque la confrontación bélica es un negocio del imperialismo y planteó optar el diálogo para garantizar la unidad de los países latinoamericanos.
Morales fijó esa posición durante la inauguración de la Escuela de Defensa de Seguridad del ALBA-TCP en presencia de diplomáticos, autoridades y militares de Venezuela, Ecuador y Nicaragua que llegaron a Santa Cruz para poner en marcha ese centro de capacitación que pretende sustituir a la Escuela de las Américas de EEUU que en el pasado capacitó a militares de países de la región.
El Jefe de Estado tuvo este martes dos intervenciones públicas pero en ninguna de ellas emitió una respuesta a la posición fijada por el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand quien advirtió que cuentan con unas Fuerzas Armadas preparadas para hacer respetar los tratados internacionales que fijan los límites con Bolivia.
Morales citó el principio constitucional que declara que Bolivia es un Estado pacificista que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, por tanto rechaza toda guerra de agresión como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre estados. Adicionalmente condenó la carrera armamentista promovida por el capitalismo y el imperialismo.
Dijo que los países del ALBA deben fomentar una cultura de paz, preventiva y resolutiva de conflictos por vía pacífica. El diálogo, la conciliación, la mediación o la negociación son herramientas civilizadas que permiten alejar la guerra del destino común.
EVOCA GUERAS DEL PACÍFICO Y CHACO
“Rechazamos la guerra no sólo por razones morales sino también políticas. Para las sociedades capitalistas, las guerras son la continuación de las políticas. La guerra es una decisión política del modelo social capitalista, ya sea para acumular capital o resolver su crisis financiera. Las guerras son el más grande despilfarro de vida y de recursos naturales”, indicó.
Recordó que los bolivianos sabemos lo que significa una guerra como la del Pacífico en Siglo XVIII cuando Bolivia perdió su salida al mar. “Fue una guerra promovida por empresas inglesas asentadas en Chile que querían el control del guano, salitre y el cobre; y en la guerra del Chaco en 1932, Bolivia y Paraguay entregaron más de 90 mil combatientes por la ambición de dos transnacionales petroleras”.
Sostuvo que la guerra es la segunda industria más grande impuesta a nivel mundial por el capitalismo, por eso “no podemos caer en la trampa del engaño, si queremos salvar a planeta, tenemos que acabar con la industria de la muerte y la destrucción. Tenemos que asumir la cultura de la paz y la vida como guía para resolver los problemas y conflictos del mundo”.
“Tenemos que renunciar a la carrera armamentista, iniciarse el desarme para garantizar la preservación de la vida del planeta y debemos decirle al mundo que creemos que los millones y millones de dólares que se gastan, deben destinar a un fondo común para salvar el planeta, la humanidad y la vida”, manifestó al considerar como inmoral el gasto militar mundial de 12 mil billones de dólares.
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