La Paz, 6 Jun. (LÍDER / ABI).- Bolivia y Chile librarán esta semana una nueva batalla diplomática para lograr que las naciones integrantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) se manifiesten sobre la reivindicación marítima nacional.
Chile se ha obcecado en su posición de exigir un diálogo bilateral con Bolivia en la que se busquen los caminos para que Bolivia acceda al Pacífico, pero sin soberanía, como es la exigencia nacional.
Bolivia perdió acceso al Pacífico en una guerra territorial con Chile en 1879 y desde entonces reclama en diversos foros internacionales por la solución de este problema que afecta a su desarrollo.
Las autoridades bolivianas han manifestado que hasta hoy los esfuerzos por lograr acuerdos bilaterales con Chile han fracasado en forma permanente desde hace muchos años.
Así sucedió cuando en 1975, los gobiernos de la Paz y de Santiago reanudaron sus relaciones diplomáticas, que estaban suspendidas desde 1962 por otro diferendo relacionado con el desvío de las aguas del río Lauca.
Las negociaciones entre los gobiernos encabezados entonces por los dictadores y generales Augusto Pinochet y Hugo Banzer Suárez fracasaron. Se especuló con que Chile estaba dispuesto a ceder una salida al mar a Bolivia cambio de la entrega de territorios.
De acuerdo con los documentos históricos, Chile estaba amplio a ceder a Bolivia una pequeño acceso al Pacífico en Arica, en la frontera con Perú. Sin embargo el Tratado de Lima entre Perú y Chile especifica que Chile debe consultar a Perú antes de conceder cualquier tierra a un tercero en el área de Tarapacá.
El presidente peruano y también general de Ejército, Francisco Morales Bermúdez, rechazó esa posibilidad y propuso que las tres naciones compartan la administración del puerto de Arica. Pinochet rechazó este acuerdo, y Banzer rompió relaciones con Chile.
Un nuevo intento por lograr una solución bilateral con Chile se produjo durante el Gobierno del presidente Víctor Paz Estenssoro en 1987 cuando el canciller era Guillermo Bedregal.
En esa ocasión también fracasaron las negociaciones ante presuntos intentos chilenos de lograr un territorio en Bolivia, en especial en el departamento de Potosí, rico en litio, a cambio de un acceso al mar.
El último intento boliviano-chileno, todavía vigente, se inició el año 2006, durante las Presidencias de Michelle Bachelet (2006-2010) y Evo Morales, quienes elaboraron una agenda de 13 puntos de asuntos pendientes entre las dos naciones, en la que se incluyó por primera vez el tema marítimo.
Fueron cinco años de diálogo a todo nivel, desde los llevados adelante entre los responsables de sus respectivas políticas exteriores, hasta jefes militares que realizaron visitas permanentes a La Paz y Santiago en un clima de amistad.
En diciembre de 2010, los presidentes Morales y el nuevo mandatario chileno, Sebastián Piñera, quedaron en conformar una comisión al más alto nivel para dar mayor impulso al diálogo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, reclamó en marzo porque tras cinco años de diálogo se esperaba de Chile emita una propuesta para que Bolivia tenga un acceso "útil y soberano al Pacífico".
De parte del Gobierno chileno se produjo un estancamiento en las negociaciones al no emitir una propuesta concreta y aclarar que en el diálogo no se mencionó en absoluto el tema de soberanía.
El presidente boliviano anunció el pasado 23 de marzo que si bien Bolivia continuará el diálogo bilateral con Chile, iba a optar por caminos de la justicia internacional, probablemente en el Tribunal de La Haya, para presentar una demanda que contribuya a la solución del problema.
En su reciente mensaje a los chilenos, Piñera manifestó que no existen problemas pendientes con Bolivia, a la vez que sus colaboradores consideraron un "exceso" que Bolivia planteé una demanda en la justicia internacional contra Chile.
Algunos de parlamentarios chilenos, como el senador Hernán Larraín, han manifestado que el problema marítimo de Bolivia es un asunto en el que "no debe meterse la OEA, sino que debe seguir la negociación bilateral".
A Ello se sucedieron declaraciones del ministro chileno de Defensa, Andrés Allamand, quien dijo que su país cuenta con unas Fuerzas preparadas y capacitadas para defender el cumplimiento de los Tratados, como el suscrito con Bolivia en 1904, lo que fue interpretado como una amenaza.
En ese marco es que la batalla diplomática que emprenden los gobiernos de La Paz y de Santiago en la OEA ha cobrado nuevos matices.
La OEA viene aprobando desde la asamblea realizada en La Paz en 1979 una resolución en la que instó a Bolivia y a Chile a dialogar para solucionar la reivindicación marítima sin que hasta el momento se produzcan avances sustanciales.
En esta su 41ava asamblea general, el organismo interamericano deberá manifestarse nuevamente sobre el tema, pese a la resistencia de Chile.
El tema de la salida al mar de Bolivia "está en la agenda desde hace 30 años, y se trata todos los años y sucederá lo mismo este año", dijo el secretario general de la OEA, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Chile, José Miguel Insulza.
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