La Paz, 9 Sep. (LÍDER / GAIA).- Mediante la aplicación del proyecto “Maya Paya Kimsa”, iniciativa que es parte de la Asociación de Ayuda y Apoyo a Niños y Adolescentes en y de la Calle (AANAC), se estableció la existencia de más de 400 menores viviendo en calles y avenidas de tres zonas de la urbe alteña, problemática que se habría incrementado en lugar de disminuir.
Según declaraciones realizadas por el coordinador del proyecto, Martin Berndorfer, no existen datos oficiales que revelen la cantidad de niños y adolescentes en situación de calle en el país, pero en base al trabajo realizado en zonas como La Ceja, Villa Dolores y la 12 de Octubre se pudo establecer que de 400 a 550 menores pernoctan en avenidas y plazas de esos barrios.
“Como Maya Paya Kimsa, aquí en El Alto, contactamos alrededor de unos 450, 500 niños, niñas adolescentes que están en situación de calle o en muy alto riesgo de convertirse, pero ya presentan cierta problemática, ya presentan ciertas características de, por ejemplo, el consumo de inhalantes puede ser que tal vez siguen ciertos vínculos con su familia, pero ya se relacionan con grupos de chicos y chicas que ya están en situación de calle”, explicó el activista.
De acuerdo a datos del proyecto, existe un incremento constante de la población infantil y adolescente en riesgo de consumir alcohol o inhalantes, siendo sobre todo varones los afectados por estos vicios, mientras que en el caso de niñas y jóvenes la violencia sexual comercial seria la mayor amenaza.
El activista indicó también que son niños desde los siete y ocho años a los que se encuentra deambulando en avenidas y plazas, mientras que gran parte de la población en situación de calle tendría una edad que oscila entre los 11 y 14 años, asimismo se evidenció que muchos de los menores son empleados para el microtráfico de drogas.
“Están siendo más utilizados en el tema también del narcotráfico, del microtráfico y eso obviamente se inicia en el hecho de ofrecer, por decir, un paquetito de pasta base que es un producto en la producción de cocaína que la venden a dos, tres bolivianos; entonces así se inicia un consumo dentro de la población en situación de calle y luego se crea una dependencia, de esa manera se están creando ciertos vínculos con el narcotráfico, eso se ve frecuente en El Alto y Cochabamba”, concluyó.
Otro aspecto destacado por Berndorfer, son los altos índices de infecciones de transmisión sexual (ITS´s) y nacimientos que se registran, según los datos, entre 23 y 30 mujeres en situación de calle dan a luz anualmente solo en la ciudad de El Alto.
Los datos
A nivel mundial son 100 millones de niños y niñas se encuentran en situación de calle, mientras que en Latinoamérica la cifra llega a 40 millones. En Bolivia esta realidad afecta a alrededor de seis mil niños, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). De este porcentaje, el 90% se encuentra entre las ciudades del eje troncal La Paz, Cochabamba y principalmente Santa Cruz, con problemáticas de consumo de alcohol, inhalantes y delincuencia.
Las edades promedio en la que se encuentran los menores inmersos en esta problemática oscilan desde los siete a dieciséis años, también existen personas adultas bajo la influencia de alcohol e inhalantes.
En relación a los porcentajes, hace aproximadamente dos años se evidenciaba que el 70% de la población en situación de calle eran varones, sin embargo, actualmente ese porcentaje se habría reducido al 60%, por lo que existirían cada vez mas niñas y adolescentes que optan por escapar de sus hogares.
Explotación sexual
Berndorfer, muy asombrado, detalló una realidad que es considerada común, pero que debería ser denunciada y evitada, la existencia de lenocinios y burdeles que explotan sexualmente a menores en la ciudad de El Alto.
En sus palabras, es fácil apreciar como a partir de las siete de la noche, en esquinas de la zona 12 de octubre existe proxenetas ofreciendo los servicios de niñas, muchas de ellas con dependencias al alcohol, el tinner e incluso las drogas, situación aprovechada por quienes las “manejan”.
Los datos del Proyecto señalan que una vez en situación de calle los niños y adolescentes optan por consumir alcohol, tinner y clefa para evitar sentir los efectos del frio.
El activista señaló que son conmovedoras y a la vez traumáticas las historias de cada menor; muchos indican que optaron salir de sus casas porque sus padres abusaban de ellos, otros habrían escapado por no sufrir violencia y en algunos casos la pobreza habría contribuido para que decidan vivir en la calle.
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