Política, 21 Dic. (AFP citado por infobae.com).- Dirigentes y analistas internacionales aseguran que el presidente Hugo Chávez, quiere ampliar su influencia con su entrada "por decisión política" al bloque regional. Resaltan que no logrará grandes beneficios económicos.
El ingreso de Venezuela al Mercosur, que sigue pendiente tras una cumbre del bloque este martes 20 de diciembre en Montevideo, pretende reforzar la influencia política del presidente Hugo Chávez en la región, toda vez que los beneficios económicos para el país son inciertos, opinan expertos y empresarios.
La incorporación de Venezuela al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) fue aprobada en 2006, pero su ingreso definitivo depende del visto bueno del Parlamento paraguayo, dominado por la oposición a Fernando Lugo.
Venezuela aspira a "trascender, mirar más allá del simple comercio y plantear la unión económica", aseguró Chávez, que viajó a la cumbre en Uruguay donde una solución "jurídica" a la entrada de su país al Mercosur finalmente no prosperó, aunque se acordó un grupo de trabajo que estudie el ingreso de nuevos miembros.
"Si lo viéramos desde el punto de vista meramente del interés nacional de Venezuela, quizás no habría tanto empeño, pero es que nosotros lo hacemos por la unidad latinoamericana", admitió el mandatario, quien considera que la adhesión favorecerá especialmente a "los países más pequeños" del bloque, es decir, Uruguay y Paraguay.
Para el analista venezolano Félix Arellano, la adhesión es "un juego más político-ideológico que económico para Venezuela y también para el Mercosur", una alianza regional principalmente de índole comercial. "Es un recurso de Chávez para reforzar su liderazgo e influenciar a los países de la región", aseguró a la agencia AFP Arellano, director de la escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
Según Arellano, "Chávez tiene gran interés en integrarse a Mercosur porque cada vez está más fuera de los esquemas económicos internacionales, a pesar de su fuerte discurso integracionista", agregó, en alusión principalmente a la salida de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones.
En cuanto a los beneficios económicos, el vicepresidente de la patronal Fedecámaras, Jorge Roig, dijo que, "aunque es difícil elucubrar sobre lo que va a ocurrir, si se concreta el ingreso en principio éste no representa una ventaja evidente para el sector privado". Y agregó: "En los últimos años ha habido una destrucción del aparato industrial venezolano, que nos situaría en desventaja para exportar nuestros productos. Y a menos de que se tomaran medidas importantes para incentivar la producción y la exportación, lo que se generaría sería una mayor entrada de productos extranjeros".
En Venezuela rige un control de cambios que dificulta las exportaciones, a la vez que la política de expropiaciones y nacionalizaciones impulsada por el gobierno de Chávez, en el poder desde 1999, ha penalizado al sector privado y provocado la caída de la producción interna. "El gobierno persigue un objetivo político y busca sumar a más países suministradores al modelo importador a pesar de que éste ya ha fracasado en Venezuela, para tratar de influenciar a esos países políticamente", afirmó el diputado al Parlatino por Venezuela José Ramón Sánchez, del partido opositor Primero Justicia.
Sánchez también opinó que el afán de Venezuela podría darle "un golpe casi mortal" a la institucionalidad del bloque si para lograr su entrada se acordaba una solución jurídica que obviara sus estatutos.
Sobre este aspecto, el senador opositor y ex ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay Sergio Abreu denunció que Venezuela quiere ingresar al Mercosur "vía golpe de Estado internacional", con la complicidad de Argentina, Brasil y Uruguay.
Tras la cita en Montevideo los mandatarios anunciaron la creación de un "Grupo de Diálogo de Alto Nivel para el impulso de la incorporación de nuevos miembros plenos al bloque regional", asegurando que esto constituye "un paso fundamental para la consolidación del bloque y el fortalecimiento del proceso de integración de América del Sur".
Pero más allá de Venezuela, el analista Ricardo Sennes, coordinador del Grupo de Análisis de la Coyuntura Internacional en la Universidad de Sao Paulo, estimó que para Brasil "hay un interés económico" puesto que el gigante latinoamericano "tiene con Venezuela uno de los principales superávit comerciales, y muchas inversiones".
Pero también tiene "un interés geopolítico, de orientar a Venezuela, que tradicionalmente miró (en lo comercial) a Estados Unidos y luego al Caribe, hacia el sur".
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