La Paz, 7 Jul. (LÍDER / NAN).- El ex viceministro de Relaciones Exteriores, Jaime Aparicio, advirtió este jueves que la denuncia a la Convención de Viena sobre estupefacientes de 1961 evita el control de la JIFE sobre la producción de droga y convertirá a Bolivia en un “centro ideal” para que cárteles de narcotraficantes de México y Colombia realicen sus operaciones.
El diplomático en contacto telefónico desde Estados Unidos explicó que el denunciar a la Convención del 1961 evita a la JIFE realizar evaluaciones de cómo avanza la lucha contra el narcotráfico en Bolivia, por lo tanto provoca consecuencias internacionales con aquellos países afectados por el tráfico, tránsito de droga
“Los países vecinos, Europa, Estados Unidos por supuesto van a estar preocupados de que no haya durante todo este periodo control sobre la producción de droga por un lado y por otro lado sobre el incremento de la hoja de coca en áreas que no han sido tradicionales, que no son de cultivo legal, y por supuesto esto va a afectar en las relaciones con esos países”, indicó.
Para Aparicio si un país sale de una Convención “siempre dirá que va a cumplir con las normas que la comunidad internacional ha fijado en el área de esa Convención, pero esa ya no es una posición vinculante sino una declaración que puede o no puede cumplirse y que por tanto es difícil que tenga credibilidad”, dijo.
En ese marco, advirtió que ahora será “muy difícil saber qué está sucediendo con la expansión de cultivos. Lo más grave será el incremento de la producción de coca en zonas ilegales que va acompañada de un gradual incremento de la presencia de organizaciones criminales”.
Aparicio aseguró que cuenta con informes de que existe un desplazamiento de organizaciones de Colombia y de México hacia Bolivia. “Bolivia puede ser un centro de operación debido al problema de las comunicaciones, del transporte, Bolivia se convertirá en un centro ideal para operaciones de este tipo, y ahí está el gran peligro”, alertó.
MASTICADO DE COCA
El diplomático señaló que el tema del masticado de coca ya fue admitido en la Convención del 1988, es decir Bolivia ya estaba protegida y no estaba bajo la obligación de erradicar el uso tradicional de la hoja de coca toda vez que la Convención establecía que respetará el uso legal de la coca en áreas de cultivos legales, donde haya evidencia de una tradición histórica.
“Todo el mundo entiende que el masticado de coca o el mate de coca en Bolivia son parte de una tradición histórica, yo creo que no ha habido ningún reclamo respecto a eso, por tanto yo creo que no está claro el motivo por el cual nos estamos retirando de esa Convención y yo creo que así lo ve la comunidad internacional”, manifestó.
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