Sanaa, 8 Jul. (LÍDER / PL).- Círculos opositores yemenitas entremezclaron hoy escepticismo y asombro tras el mensaje televisivo desde Arabia Saudita del presidente Alí Abdulah Saleh, quien con un aspecto físico desmejorado prometió compartir el poder y luchar con el terrorismo.
Las reacciones fueron encontradas entre la oposición representada por líderes de partidos políticos tradicionales aglutinados en el Encuentro Común (EC) y el movimiento reivindicativo juvenil que se manifiesta desde enero en la llamada Plaza del Cambio de Sanaa.
Con signos de deterioro y quemado, Saleh reapareció anoche ante la televisión estatal de Yemen vestido con túnica tradicional y turbante, al parecer para disimular las lesiones en la cabeza a causa del atentado al palacio presidencial el 3 de junio.
El mandatario, que también tenía vendado su brazo derecho, mostró firmeza con quienes exigen que renuncie, pero en su alocución grabada aseguró que "el pueblo yemenita permanecerá desafiante contra todos los retos que dañen la seguridad, estabilidad, libertad y democracia".
Saleh, quien debió ser intervenido quirúrgicamente en Riad en ocho ocasiones para extraerle esquirlas del proyectil que explotó en la mezquita de su palacio, dijo estar dispuesto a "compartir el poder, siempre que sea dentro del marco de la Constitución y las leyes".
Los adversarios del jefe de Estado desestimaron el ofrecimiento y reiteraron su demanda de que renuncie de forma incondicional e inmediata, siguiendo un plan presentado por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico y avalado por Estados Unidos y Europa.
La iniciativa prevé que Saleh ceda el puesto en un plazo de 30 días a su vicepresidente, quien se encargaría de formar un gabinete de transición y convocar a elecciones generales en dos meses, pero el estadista de 69 años rechazó firmarla en tres ocasiones anteriores.
"Saludamos la participación democrática dentro de la Constitución de todas las fuerzas políticas, tanto de la oposición como del gobierno, pero a la luz de un plan que sea aceptado por todos los yemenitas", remarcó el mandatario, quien elogió el rol saudita en la crisis.
En ese sentido, subrayó que esta nación, la más pobre del mundo árabe, y el reino wahabita "comparten una relación estrecha y estratégica", y agradeció al rey Abdulah Bin Abdelaziz "por ofrecernos toda la atención y cuidado".
Analistas y diplomáticos consultados por Prensa Latina sostienen que Riad, con el aval de Washington, podría maniobrar para impedir el retorno de Saleh a Yemen y hallar una solución satisfactoria para la transición democrática y de poderes que reclama la oposición.
Entretanto, se repitieron las protestas callejeras tras los rezos musulmanes del mediodía y los choques armados entre el Ejército y milicias islamistas supuestamente ligadas a Al-Qaeda en la sureña región de Zinjíbar, capital de la provincia de Abyan.
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