viernes, 23 de septiembre de 2011

VESTIDO DE PRESIDIARIO Y LLORANDO A LÁGRIMA VIVA, SANABRIA PIDIÓ CLEMENCIA

MIAMI, 23 Sep. (LÍDER / ANF).- “¡Mis hijos me necesitan!”, lloró el general retirado René Sanabria Oropeza, pero la “juez de hierro”, Ursula Ungaro, aunque conmovida, se mostró implacable y lo sentenció a 14 años de cárcel y cinco de probatoria por conspiración para importar cocaína a Estados Unidos.

La audiencia en la Corte de Distrito del sureste de la Florida apenas duró 45 minutos. Sabrina Puglisi, su joven abogada, parecia una hija consolando al padre, cuando ayudó a Sanabria a salir de la sala.

El otrora altivo oficial de la Policía Boliviana, de 58 años, no pudo conseguir una pena menor de la juez Ungaro, la misma que mandó al ex dictador panameño Manuel Noriega a la cárcel por 30 años, por narcotráfico.

“Su señoría debo asumir la responsabilidad que me toca por la ofensa que he cometido contra éste país”, dijo Sanabria y llorando a lágrima viva pidió clemencia “por este error que he cometido en la última etapa de mi vida”.

Momentos antes, el coacusado Marcelo Juan Foronda fue sentenciado a nueve años de cárcel y cinco de probatoria, por el mismo delito. “Pido disculpas su señoria por las ofensas contra su país”, dijo.

Los acusados ingresaron a la sala a las 10.25 am, cinco minutos antes de la hora prevista. Vestian uniformes de presidiarios de color kaki con camiseta blanca de cuello redondo. Aunque no estaban esposados, casi todo el tiempo estuvieron con las manos juntas.

Apenas un puñado de periodistas y algún estudiante de leyes asistieron a la audiencia. No parecia haber familiares de los acusados. El fiscal del caso Brian Dobbins llegó con leve retraso. Puglisi bromeó: “Podemos empezar sin él, señoria...”.

Dobbins apareció arrastrando un maletin de documentos. Puglisi se acercó a saludarlo. La juez con su togado negro tenía a su disposición dos terminales de computadores, lo mismo que los defensores y la fiscalia, pero nadie los utilizó.

En algun momento, cuando la fiscalia insistió en que Sanabria merecia una drástica condena exhibiendo documentos, Publisi pidió verlos y luego solicitó a la juez permiso para hablar en privado.

Puglisi lucía un traje de dos piezas de color rosa claro con unos zapatos elegantes de tacón alto. Su cabello castaño estaba recogido en un coqueto moño en su nuca. A pesar de su atuendo parecía una colegiala. Hace apenas 11 años que se graduó de abogado en la Universidad de Miami.

La conmovedora clemencia que pidió Sanabria hizo que la “juez de hierro” dijera que se estaba ante un caso triste, pero describió el delito como de “naturaleza grave” y por eso le sentenció a 14 años.

Peor les pudo ir a Sanabria y su cómplice si no se hubieran declarado culpables. El ex ministro del Interior, Luis Arce Gómez, rechazó un acuerdo con los fiscales a principios de los 80 y fue sentenciado a 30 años.

Apenas se impuso la sentencia, Foronda y su abogado parecian aliviados. Sanabria, que lucia demacrado y con corte de cabello militar, se hundió en el desconsuelo mientras Puglisi trataba de levantarle el ánimo.

Más tarde la joven abogado dijo que la próxima semana se reunirá con Sanabria para estudiar la posibilidad de apelar porque cree que la juez malinterpretó algunos argunmentos jurídicos. Tiene 15 días.

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