Bruselas, 9 Dic. (PL).- Sin lograr un consenso, la Cumbre de la Unión Europea (UE) decidió hoy secundar un pacto franco-alemán para enfrentar la crisis de la deuda centrado en la disciplina presupuestaria y el castigo automático a quienes lo incumplan. El acuerdo, que se traducirá en un tratado intergubernamental en marzo próximo, fue apoyado por 23 países, pero cuatro lo rechazaron, entre ellos el Reino Unido.
"Lo que se propuso no está acorde a los intereses de Reino Unido y por eso no lo apoyamos", dijo el primer ministro británico, David Cameron.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, reconoció el fracaso en alcanzar una decisión unánime.
"Como siempre, tengo que ser muy abierto y honesto con ustedes, nosotros hubiéramos preferido un acuerdo unánime", dijo Durao Barroso.
La canciller federal alemana, Ángela Merkel, principal impulsora del pacto, saludó los acuerdos y restó importancia a la negativa británica de adherirse a ellos.
"Reino Unido nunca ha participado en el euro porque así lo decidieron desde el principio", dijo la Merkel.
El proyecto busca una unión presupuestaria y el castigo automático a las naciones incapaces de mantener su déficit por debajo del tres por ciento o que rebasen el techo permitido para el endeudamiento público.
Los compromisos incluyen una denominada "regla de oro" que obligaría a los países a modificar sus constituciones para someterse al dictamen de la Comisión Europea en materia fiscal.
Una vez más Europa se pliega a la solución germana, coinciden en señalar hoy analistas, al recordar que la canciller alemana impuso a la eurozona un pacto donde la austeridad será la norma central a partir de ahora.
Esta decisión de aplicar más recortes sociales en Europa responde a las exigencias de los mercados financieros y los especuladores, declaró Bernard Thibault, dirigente de la Central General del Trabajo.
De acuerdo con Thibault los líderes de la UE no entendieron el mensaje enviado por los sindicalistas, quienes en una carta abierta pidieron tomar en cuenta la situación social y poner fin a las políticas de austeridad que deterioran los derechos sociales.
"Lo que se propuso no está acorde a los intereses de Reino Unido y por eso no lo apoyamos", dijo el primer ministro británico, David Cameron.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, reconoció el fracaso en alcanzar una decisión unánime.
"Como siempre, tengo que ser muy abierto y honesto con ustedes, nosotros hubiéramos preferido un acuerdo unánime", dijo Durao Barroso.
La canciller federal alemana, Ángela Merkel, principal impulsora del pacto, saludó los acuerdos y restó importancia a la negativa británica de adherirse a ellos.
"Reino Unido nunca ha participado en el euro porque así lo decidieron desde el principio", dijo la Merkel.
El proyecto busca una unión presupuestaria y el castigo automático a las naciones incapaces de mantener su déficit por debajo del tres por ciento o que rebasen el techo permitido para el endeudamiento público.
Los compromisos incluyen una denominada "regla de oro" que obligaría a los países a modificar sus constituciones para someterse al dictamen de la Comisión Europea en materia fiscal.
Una vez más Europa se pliega a la solución germana, coinciden en señalar hoy analistas, al recordar que la canciller alemana impuso a la eurozona un pacto donde la austeridad será la norma central a partir de ahora.
Esta decisión de aplicar más recortes sociales en Europa responde a las exigencias de los mercados financieros y los especuladores, declaró Bernard Thibault, dirigente de la Central General del Trabajo.
De acuerdo con Thibault los líderes de la UE no entendieron el mensaje enviado por los sindicalistas, quienes en una carta abierta pidieron tomar en cuenta la situación social y poner fin a las políticas de austeridad que deterioran los derechos sociales.
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