martes, 23 de octubre de 2012

El vicepresidente de Colombia, enfermo de cáncer, está dispuesto a renunciar

Bogotá, 23 Oct. (LÍDER / EFE).- El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo hoy que está dispuesto a renunciar a su cargo para recuperarse del cáncer de próstata que padece, la misma enfermedad por la que el presidente Juan Manuel Santos pasó por el quirófano a comienzos de octubre.


El exsindicalista Garzón habló de la posibilidad de su dimisión al salir del centro oncológico en el que se somete a un tratamiento de radioterapia en Bogotá, y la ratificó más tarde, con matices, en la sede de la Vicepresidencia.

El vicepresidente, que se recupera de un accidente cerebrovascular, reveló el lunes que sus médicos le detectaron un "tumor microscópico canceroso no agresivo" en la próstata y que debe recibir 39 sesiones de radioterapia.

"Si a mí me pidiera la renuncia el presidente de la República o el presidente del Senado, yo les agradecería enormemente e inmediatamente la presentaría", dijo Garzón a periodistas al salir de su cuarta sesión de radioterapia.

"Dejemos a ver qué dicen los médicos", agregó Garzón, quien recordó que a los pocos días de asumir el cargo, en agosto de 2010, sufrió una crisis cardiaca por la que fue operado a corazón abierto, y que en junio una isquemia cerebral le mantuvo en coma varios días.

Dado su historial médico se cuestionó a principios de octubre su capacidad física y mental para reemplazar, en caso de necesidad, al presidente Santos, quien por entonces reveló que tenía cáncer de próstata del que se operó de inmediato.

Santos, de 61 años, fue intervenido con éxito el 3 de octubre en la Fundación Santa Fe de Bogotá (FSFB), de la que salió tres días más tarde convencido de que estaba "totalmente curado".

El anuncio de su nueva enfermedad del vicepresidente reavivó la preocupación en el Legislativo colombiano, que había pedido a Garzón que se sometiera a un examen médico.

La decisión de Garzón "debe ser la más sana, la más responsable con su familia, con él mismo y con las instituciones", dijo el presidente del Congreso, el oficialista Roy Barreras, a La W Radio, al advertir de que la renuncia "no se pide, se ofrece, se entrega".

En un encuentro posterior con la prensa en la sede de la Vicepresidencia, Garzón matizó: "Requiero pensarlo muy bien, esto requiere tiempo, requiere paciencia, tranquilidad espiritual".

"No es una decisión fácil, tengo que pensar todas las consecuencias institucionales que esto puede traer", agregó, tras indicar que aceptó ser candidato a la Vicepresidencia para que Santos llegara al poder pero que en ningún momento pensó en la posibilidad de reemplazarlo.

De paso, reconoció que necesita dedicar más tiempo a su recuperación y a la de su esposa, Monserrat Muñoz, operada recientemente de un cáncer de riñón.

En medio de la polémica sobre la salud de Garzón, el Gobierno de Colombia ha sido cauteloso y tan sólo hoy el ministro del Interior, Fernando Carrillo, habló del asunto en el Senado.

"No creo que sea una crisis, hay un mecanismo constitucional que funciona", declaró Carrillo al aludir a la norma de la Carta Magna que establece la competencia del Congreso para designar al sucesor del vicepresidente en caso de muerte, renuncia aceptada o incapacidad física permanente reconocida por el Legislativo, que elegiría al sustituto de una terna presentada por el presidente.

Todavía no se ha dado ninguno de estos escenarios, pero el gobernante Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U), al que pertenece Santos, reclama que, ante una eventual salida de Garzón, su reemplazo debe pertenecer a esta formación, creada para promover la reelección en 2006 de Álvaro Uribe (2002-2010) quien se ha distanciado ya de Santos.

El vicepresidente Garzón, antiguo sindicalista de izquierda, además de exministro, exdiplomático y exgobernador, no es militante del Partido de la U.

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