Bogotá, 23 Oct. (LÍDER / EFE).-
El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo hoy que está dispuesto a
renunciar a su cargo para recuperarse del cáncer de próstata que padece, la
misma enfermedad por la que el presidente Juan Manuel Santos pasó por el
quirófano a comienzos de octubre.
El exsindicalista Garzón habló de
la posibilidad de su dimisión al salir del centro oncológico en el que se
somete a un tratamiento de radioterapia en Bogotá, y la ratificó más tarde, con
matices, en la sede de la Vicepresidencia.
El vicepresidente, que se
recupera de un accidente cerebrovascular, reveló el lunes que sus médicos le
detectaron un "tumor microscópico canceroso no agresivo" en la
próstata y que debe recibir 39 sesiones de radioterapia.
"Si a mí me pidiera la
renuncia el presidente de la República o el presidente del Senado, yo les
agradecería enormemente e inmediatamente la presentaría", dijo Garzón a
periodistas al salir de su cuarta sesión de radioterapia.
"Dejemos a ver qué dicen los
médicos", agregó Garzón, quien recordó que a los pocos días de asumir el
cargo, en agosto de 2010, sufrió una crisis cardiaca por la que fue operado a
corazón abierto, y que en junio una isquemia cerebral le mantuvo en coma varios
días.
Dado su historial médico se cuestionó
a principios de octubre su capacidad física y mental para reemplazar, en caso
de necesidad, al presidente Santos, quien por entonces reveló que tenía cáncer
de próstata del que se operó de inmediato.
Santos, de 61 años, fue
intervenido con éxito el 3 de octubre en la Fundación Santa Fe de Bogotá
(FSFB), de la que salió tres días más tarde convencido de que estaba
"totalmente curado".
El anuncio de su nueva enfermedad
del vicepresidente reavivó la preocupación en el Legislativo colombiano, que
había pedido a Garzón que se sometiera a un examen médico.
La decisión de Garzón "debe
ser la más sana, la más responsable con su familia, con él mismo y con las
instituciones", dijo el presidente del Congreso, el oficialista Roy
Barreras, a La W Radio, al advertir de que la renuncia "no se pide, se
ofrece, se entrega".
En un encuentro posterior con la
prensa en la sede de la Vicepresidencia, Garzón matizó: "Requiero pensarlo
muy bien, esto requiere tiempo, requiere paciencia, tranquilidad
espiritual".
"No es una decisión fácil,
tengo que pensar todas las consecuencias institucionales que esto puede
traer", agregó, tras indicar que aceptó ser candidato a la Vicepresidencia
para que Santos llegara al poder pero que en ningún momento pensó en la
posibilidad de reemplazarlo.
De paso, reconoció que necesita
dedicar más tiempo a su recuperación y a la de su esposa, Monserrat Muñoz,
operada recientemente de un cáncer de riñón.
En medio de la polémica sobre la
salud de Garzón, el Gobierno de Colombia ha sido cauteloso y tan sólo hoy el
ministro del Interior, Fernando Carrillo, habló del asunto en el Senado.
"No creo que sea una crisis,
hay un mecanismo constitucional que funciona", declaró Carrillo al aludir
a la norma de la Carta Magna que establece la competencia del Congreso para
designar al sucesor del vicepresidente en caso de muerte, renuncia aceptada o
incapacidad física permanente reconocida por el Legislativo, que elegiría al
sustituto de una terna presentada por el presidente.
Todavía no se ha dado ninguno de
estos escenarios, pero el gobernante Partido Social de Unidad Nacional (Partido
de la U), al que pertenece Santos, reclama que, ante una eventual salida de
Garzón, su reemplazo debe pertenecer a esta formación, creada para promover la
reelección en 2006 de Álvaro Uribe (2002-2010) quien se ha distanciado ya de
Santos.
El vicepresidente Garzón, antiguo
sindicalista de izquierda, además de exministro, exdiplomático y exgobernador,
no es militante del Partido de la U.
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