Damasco, 26 Oct. (LÍDER / AFP).- La
tregua de cuatro días propuesta a partir de este viernes por el mediador Lajdar
Brahimi en la guerra civil siria con motivo de una fiesta musulmana fue
quebrada en varias regiones, aunque la violencia disminuyó, constató la ONG
opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
"La tregua se rompió en
pedazos en varias regiones de Siria pero a pesar de todo hubo menos violencia y
menos víctimas que de costumbre", declaró a la AFP el director del OSDH,
Rami Abdel Rahman.
A nivel nacional, la mañana
estuvo en calma después de una noche de violencia, y los rebeldes y el ejército
parecían respetar su compromiso de cesar hostilidades atendiendo un llamado del
emisario internacional, Lajdar Brahimi.
Pero alrededor de las 10h30
locales (07h30 GMT) comenzaron enfrentamientos en torno a la base militar de
Wadi Deif, en la periferia de la ciudad de Maaret al Numan (noroeste), según el
OSDH. El Ejército bombardeó el poblado vecino de Deir Sharqui, siempre según el
OSDH.
"Se trató de la primera
violación de la tregua" afirmó Rahman, precisando a la AFP que entre los
combatientes rebeldes figuraban miembros del Frente Islamista al Nosra, que ha
reivindicado numerosos atentados en Siria y que rechazó categóricamente la
tregua. Al menos cinco personas habían muerto en el país: tres en Harasta y una
en Erbin, en el gran suburbio de Damasco.
Otra persona murió en Jaldiyé,
uno de los barrios rebeldes asediados de Homs (centro), según la misma fuente.
La ONG indicó que hubo combates en Asali, barrio del sur de Damasco y en Sayeda
Zeinab, en la periferia de la capital. También hubo enfrentamientos en Tall
Kalaj, cerca de la frontera con el Líbano.
El jueves, el Ejército y la
rebelión habían aceptado observar una tregua a partir de este viernes y durante
los cuatro días del Aid al Adha, la fiesta musulmana del sacrificio, un cese
del fuego negociado difícilmente por Brahimi. El 12 de abril, una primera tregua
negociada por Kofi Annan, predecesor de Brahimi como negociador, había
fracasado totalmente en pocas horas, aún cuando los combates habían disminuido
en intensidad.
La televisión estatal mostró el
viernes al presidente Bashar al Asad orando en una mezquita de Damasco,
sonriente y relajado, en momentos que enfrenta una revuelta popular convertida
en conflicto armado que ya ha dejado más de 35.000 muertos desde marzo de 2011,
según el OSDH. Aprovechando la calma, militantes hostiles al régimen
manifestaron después de la oración de la madrugada en Damasco y en todo el
país.
Según el OSDH hubo mítines en
Raqa, en el noreste, donde las fuerzas de seguridad lanzaron granadas
lacrimógenas, y en la provincia de Deraa (sur), en particular en Injel, donde
tres personas resultaron heridas por balas. Según militantes, también hubo
manifestaciones en Damasco y en su periferia, en Alepo (norte) y su región, en
Deir Ezzor (este) y en la provincia de Idlib (noroeste), donde los
manifestantes gritaron consignas tales como "Traidor, cobarde, has
destruido a Siria", dirigidas a Asad.
Contactado por teléfono en
Turquía, el general Mustafá al Cheij, jefe de la Comandancia Militar Superior
del Ejército Sirio Libre (ESL), principal fuerza de oposición armada, dio
cuenta de disparos contra los manifestantes en varias regiones. "Impedir
las manifestaciones disparando es una violación de la tregua. Pero damos prueba
de mayor moderación que el régimen pues por el momento queremos darle una
oportunidad a la tregua", declaró a la AFP.
El jueves en la noche, el
ejército anunció suspender sus operaciones militares para el Aid, pero advirtió
que replicaría "si grupos terroristas siguen disparando contra los civiles
y las fuerzas gubernamentales (...) o utilizando coches bomba y bombas".
De su lado, los insurgentes se comprometieron a suspender sus operaciones
"si el ejército sirio hace otro tanto".
Teniendo en cuenta la
"desconfianza" de los dos campos, la ONU declaró el jueves esperar
"de todo corazón" que la tregua se mantenga, indicó un portavoz,
reconociendo "no estar seguro" que esto pueda ser posible. En el
plano diplomático, EEUU consideró "ridículas" las acusaciones de
Rusia según las cuales Washington coordinaría la entrega de armas a los
rebeldes, pero reconoció sin embargo y de manera ambigua que había un
"trabajo de coordinación" con los países que proporcionan armas a la
oposición.
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